Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

El beso imposible. Manuel Alberto Morales Vega. Gran Canaria

El sábado pasado, me llamó mi primo Marcos. Tiene cinco años menos que yo, es increíble como un crio de diez años puede utilizar con mayor soltura el móvil que uno de quince años como yo. Eran las once de la mañana, a esa hora yo todavía estaba durmiendo. Ya que quedé con unos amigos para celebrar que se nos estaban acabando los exámenes.

El tema es que me asustó que mi móvil sonara tan temprano (desde mi punto de vista). Bueno, mi primo me invitó a ir con él a un circo que venía cada año por estas fechas, me contó que el número estrella del circo se llamaba: El beso imposible. Se trataba de una pareja de trapecistas que hacían todo tipo se figuras y movimientos en el aire. Le dije que sí, quedamos en vernos en un pequeño bar que está al fondo de mi calle.

Una vez dentro del recinto del circo compramos algodón de azúcar, en mi opinión se pasaron echándole azúcar, en fin… Entramos el una gran carpa donde se supone que se realizaría "ese gran número". Al empezar el número parecía… normal aparentemente. Sin previo aviso empezaron a moverse por el aire con rapidez. Era increíble, parecía que la gravedad había perdido su característica capacidad, de pronto,  se separaron… el hombre a la derecha y la mujer a la izquierda. Cada uno iba al otro lado con una velocidad que casi ni se podían ver, parecía que se iban a chocar. Pero… al juntarse, empezaron a descender formando una bella espiral y culminó su llegada al suelo con un beso. No fue tan impresionante como me lo había imaginado, pero estuvo bien pasar aquel rato con mi primo.

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