Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Ella.Roberto Gómez Mendoza

Aquella noche llovía. Noche de tormenta, noche de lluvia. El cielo que estaba enfadado con el destino.
Aquel día durmió lo que pudo, unos cuantos minutos y luego se despertaba sobresaltado. Aquella noche ni durmió, el cielo le quedaba grande. Aquella noche estaba deseando tener pesadillas, porque seguro que serían mucho mejor que la vida. No se lo pensó dos veces, cogió, se levantó, se lavó la cara, se puso su mejor ropa y se fue a dejarse la piel bailando. Otra vez su mejor amiga, que ahí estaba, incondicional. La de los acordes, la que se limita a meterse dentro de ti... la música.

Ella.Roberto Gómez Mendoza

Aquella noche llovía. Noche de tormenta, noche de lluvia. El cielo estaba enfadado con el destino.
Aquel día durmió lo que pudo, unos cuantos minutos y luego se despertaba sobresaltado. Aquella noche durmió con la luz encendida, el cielo le quedaba grande. Aquella noche estaba deseando tener pesadillas, porque seguro que serían mucho mejor que la vida. No se lo pensó dos veces, cogió, se levantó, se lavó la cara, se puso su mejor ropa y se fue a dejarse la piel bailando. Otra vez su mejor amiga, ahí estaba, incondicional. La de los acordes, la que se limita a meterse dentro de ti... la música.

Africa. Evelyn Saavedra Santiago

África, no puede parar de pensar que quiere irse, no para de discutir con sus padres. Así que piensa que es mejor salir a media noche, cuándo no la oigan. Recoge lo que se va a llevar, y sale. Tras mucho caminar sin saber a donde, se da cuenta que está perdida, hay algo raro, lleva horas caminando, pero se da cuenta que está en el mismo sitio. Empieza ha amanecer, y no sabe qué ha pasado, el cielo es rosa, los árboles están llenos de hojas, las pequeñas tiendas, son ahora centros comerciales, y así con todo lo demás. África tiene mucho miedo, a lo que ve, y quiere volver a casa. No encuentra a sus padres, y llora. Se despierta, ha sido todo una pesadilla.

Africa. Evelyn Saavedra Santiago

África, no puede parar de darle vueltas a la cabeza, son las dos de la mañana y no pega ojo. Día por día, discute con sus padres, ya no aguanta más, necesita irse. Recoge sus cosas, y sale de casa. Tras mucho caminar, sin saber a donde, se encuentra perdida, hay algo raro, lleva horas caminando y solo ha llegado al mismo sitio. Empieza a amanecer, pero hay algo que le sorprende, el cielo es rosa, los viejos árboles del parque, son ahora grandes árboles sanos, las pequeñas tiendas y casas, son grandes edificios, centros comerciales, y demás.. África esta asustada, quiere volver a casa, corre y llega. Sus padres no están allí, y se echa a llorar, despierta, ha sido todo una pesadilla.

Ana. Boris González Quesada

Ana llegó a casa a las nueve y media. Cuándo abrió la puerta reinaba el silencio. Las luces estaban apagadas y no había ningún ruido. Llamó a Javier pero nadie contestó. Le sorprendió que su marido no estuviera en casa. Había prometido que irían a un restaurante Italiano. Era el cumpleaños de Ana y querían celebrarlo. A Ana le gustó la idea de que la invitara a cenar. Estaba segura de que sería una noche perfecta. Pero ahora estaba empezando a preocuparse. Lo llamó a su teléfono móvil pero estaba desconectado. Esperó casi una hora y Javier no aparecía. Ana confiaba en que no le hubiera pasado nada, su temor crecía con el paso del tiempo. Ana miró el reloj y vio que eran las once. De pronto, sonó el timbre de la puerta.

Ana. Boris González quesada

Ana llegó a casa a las nueve y media. Cuándo abrió la puerta reinaba el silencio. Las luces estaban apagadas , no había ningún ruido. Llamó a Javier , nadie contestó. Le sorprendió que su marido no estuviera en casa. Había prometido que irían a un restaurante Italiano. Era el cumpleaños de Ana y querían celebrarlo. A Ana le gustó la idea de la invitación  a cenar. Estaba segura , sería una noche perfecta. Pero ahora estaba empezando a preocuparse. Lo llamó a su teléfono móvil , estaba desconectado. Esperó casi una hora y Javier no aparecía. Ana confiaba en que no le hubiera pasado nada, su temor crecía con el paso del tiempo. Ana miró el reloj y  eran las once. De pronto, sonó el timbre de la puerta.

Día de infancia Elisabeth Almeida Díaz

Erase una vez, en un jardín de infancia, donde todos los niños se divertían  Todos los días a las seis de la mañana, llegaban y sin ninguna lágrima entraban, y se despedían dulcemente de sus papas y mamas y le deseaban una buena mañana.
Pero un día eso cambio, tras haber aparcado un coche delante de la guardería, un niño muy guapo pero un poco perezoso se bajo y poniendo un pie en la puerta comenzó a llorar, eso parecía muy extraño, ya que todos los niños que  iban llegando y los que ya estaban se extrañaron, de la situación, pero una preciosa niña de dos años lo ayudo a tranquilizarse.

Hoy no es mi día. Andrea Santana González.

Hoy no es mi día

 

  Eran las 10 de la mañana y otro día comenzaba. Era viernes y no había nadie en casa. Entonces empecé a bajar las escaleras que me costaban bajarlas porque estaba recién levantada, de repente un resbalón y ahora bajaba las escaleras más rápido. Esto si que  es un buen despertar. Me preparé el desayuno: tostadas con mermelada, un café cuyo sabor era especial… Lo típico de todas las mañanas. Ahora me disponía a salir de casa y hacía un día espléndido pero una multa en mi coche me nubló el día. Fui a trabajar donde  me esperaba una sorpresa, una enorme fila de papeles. Estuve toda la tarde en el trabajo donde terminando el día fui despedida. Volví a casa, me acosté y solo esperaba estar en un sueño pero los sueños, sueños son y yo estaba en la realidad.

Hoy no es mi día. Andrea Santana González

Hoy no es mi día

 

  Eran las 10 de la mañana, otro día comenzaba. Era viernes,  no había nadie en casa. Entonces empecé a bajar las escaleras, me costaban bajarlas porque estaba recién levantada, de repente un resbalón, ahora bajaba las escaleras más rápido. Esto es un buen despertar. Me preparé el desayuno: tostadas con mermelada, un café con sabor especial… Lo típico de todas las mañanas. Ahora me disponía a salir de casa, hacía un día espléndido pero una multa en mi coche me nubló el día. Fui a trabajar, me esperaba una sorpresa, una enorme fila de papeles. Estuve toda la tarde en el trabajo donde terminando el día fui despedida. Volví a casa, me acosté, solo esperaba estar en un sueño pero los sueños, sueños son y yo estaba en la realidad.

De la noche a la mañana todo cambia.Roberto Díaz Quintana

 

Todo marchaba perfecto, nada haría que se le quitase la alegría. Excepto que se produjese una gran tragedia .Si ese día  seguía así, que era rara la verdad, aunque para la seria el día más inesperado de su vida.

 Si ya eran las de la noche, era extraño que todo siguiese igual, el no lo podía pensar así que era el mejor día de su vida.

Era extraño que el día siguiese así de bien, pero aun la noche no había acabado. Su madre que venía a verlo por su cumpleaños sufrió un accidente, en el cual falleció debido a un accidente en el tren.

Juan no lo llegaría a saber hasta el día de su cumpleaños el cual era el día en el que la madre falleció, su madre murió en el momento en el que él se encontraba durmiendo.

De la noche a la mañana todo cambia.Roberto Díaz Quintana

Todo marchaba perfecto, nada podría quitarle la alegría. Excepto una gran tragedia .Si ese día seguía así, para la seria el día inesperado.

Eran las ocho de la noche, todo seguía igual, el no podía pensar en un día mejor, era imposible.

Todo cambiaría para su desgracia, la noche era larga .Su madre la cual vendría a verlo al siguiente día sufrió un accidente .Juan en ese momento se encontraba durmiendo, al despertarse se enteraría de la catastrófica noticia, para colmo era su cumpleaños. Se dio cuenta de las cosas de la vida, de la noche a la mañana todo cambia.

Me dejaste sangrando con el pecho vacío2. Abenaura González



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Abenaura  González

No me das miedo tú, no me malinterpretes, me da miedo tu recuerdo. Te tengo en algún rincón de mi mente, y por las noches oigo tus gritos diciéndome que te libere, que te sienta (Y vaya si te siento) Casi siempre consigues escapar, y yo me quedo en un rincón abrazándome, rezando para que no me encuentres... Siempre me encuentras. Y mi corazón intenta escapar de ti pero tú me susurras que me tranquiliceque no vas ha hacerme daño... pero ya me conozco el final de esa historia... cuando consigo creerte tu cara cambia por completo, dejas de infundirme valor y me sonríes de tal manera que yo vuelvo a chillar. Y como cada noche te abalanzas sobre mi y me arrancas el corazón del pecho para después irte y dejarme sola otra vez, sangrando. Cuando dejo de oír tu macabra risapor el eco de mis rincones, miro mi pecho, ahora abierto y vacío como un agujero negro. Duele, los bordes me queman, ensanchándose más y más, consumiéndome poco a poco.

Me dejaste sangrando con el pecho vacío. Abenaura González



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Abenaura  González

No me das miedo tú, no me malinterpretes, me da miedo tu recuerdo. Te tengo en algún rincón de mi mente, y por las noches oigo tus gritos diciéndome libérame, siénteme (Y vaya) Casi siempre consigues escapar,  yo me quedo en un rincón abrazándome, rezando "no me encuentres"... Siempre me encuentras. Y mi corazón intenta escapar de ti pero tú me susurras "tranquilízate, no voy ha hacerte daño... pero ya me conozco el final de esa historia... cuando consigo creerte tu cara cambia por completo, dejas de infundirme valor y me sonríes de tal manera en donde yo vuelvo a chillar. Y como cada noche te abalanzas sobre mi y me arrancas el corazón del pecho para después irte y dejarme sola otra vez, sangrando. Cuando dejo de oír tu macabra risa en el eco de mis rincones, miro mi pecho, ahora abierto y vacío como un agujero negro. Duele, los bordes me queman, ensanchándose más y más, consumiéndome poco a poco. 

Mi muerte. Anabel Mª Jiménez Vega

Me encontraba en un bosque que era frío y oscuro. Los últimos recuerdos que tenía en mi mente eran los de mí fiesta. Recuerdo que me adentre en el bosque, todo iba bien pero escuche unos pasos detrás de mí y eche a correr. Comencé a corre, cuanto más corría más me cansaba, corrí hasta que encontré una pequeña cabaña en la que toque, confiaba en que hubiera alguien, pero nadie me abrió y eche a correr, sabía que era el fin,  entonces sentí unos brazos a mi alrededor que me apretaba y empecé a pegarle sin embargo no le hice nada. Me tiro al suelo y de pronto, me desperté, todo lo que viví fue un sueño

Mi muerte. Anabel Mª Jiménez Vega

Me encontraba en  un bosque, era un lugar frio y oscuro. Los últimos recuerdos en cabeza eran los de mi fiesta. Recuerdo haberme adentrado en el bosque, todo estaba bien pero escuche unos pasos detrás mí y eche correr.  Comenzó la carrera, cada vez estaba más cansada, corrí hasta encontrar una pequeña cabaña en la que toque, esperaba que hubiera alguien, pero nadie me abrió y eche a correr, era el fin, lo sabía, entonces sentí unos brazos a mí alrededor, me apretaba  y empecé a pegarle sin embargo no lo hice nada. Me tiro al suelo y de pronto, me desperté, todo lo vivido fue un sueño.

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Nuevo Relato. Raquel Rosario.

 Durante toda la semana esperamos que llegara tu primo. Lo vimos, nos pareció muy simpático y guapo. Julia lo presento a su primo que venía de otro país. Pablo nos invitó a todas. Me invitó a salir por la noche, eso me divierte. El viernes quedamos a la noche, cuando el terminase de ver a su familia. Me contó como es su vida en su país. Al día siguiente quedamos si él estaba mejor. Pablo iba a marcharse en días cuando decidió quedar con todas para despedirse. Me lo dijo Julia, que el vendrá en verano para quedarse a estudiar. Él se lo dijo que me lo dijera.

Nuevo Relato. Raquel Rosario.

 Durante toda la semana esperamos la llegada de tu primo. Lo vimos y pareció muy simpático y guapo. Julia presentó a su primo, venía de otro país. Pablo invitó a todas. Me invitó a salir por la noche, me divierte. El viernes quedamos a la noche. El terminase de ver a su familia. Me contó su vida en su país. Al día siguiente quedamos. Él estaba un poco malo. Pablo iba a marcharse en días, decidió quedar con todas. Me dijo Julia, el vendrá en verano para quedarse a estudiar. Él dijo dicelo a Paula.

Relato corto. Raquel Rosario

 Durante toda la semana esperamos que llegara el nuevo profesor de matemáticas. Nuestro deseo es que llegara lo mas tarde posible. Juan le preguntó, que cuando vendría el nuevo profesor. Ella le respondió, que el lunes ya estaría y se pondría a dar clase de inmediato. Juan la dio, cuando ya nos íbamos para nuestras casas. Llegó el lunes que a primera hora estaba Marcos, nuestro nuevo profesor de matemáticas. Estuvo cerca de que no encontraría el colegio, nos contó. Acabó la clase y lo despedimos. Ya lo teníamos, un profesor de matemáticas nuevo y lo es.


Relato corto. Raquel Rosario.

 Durante toda la semana esperamos la llegada del nuevo profesor de matemáticas. Nuestro deseo era que llegara lo mas tarde posible. Juan preguntó a la directora cuando llegaría. Ella respondió a Juan que el lunes ya llegaría y se pondría a dar clase de inmediato. Juan dio la noticia apenado cuando ya nos íbamos para la nuestras casas. Llegó el lunes y a primera hora estaba Marcos, nuestro nuevo profesor de matemáticas. Estuvo cerca de no encontrar el colegio, nos contó. Acabó la clase y nos despedimos de el. Ya teníamos un profesor de matemáticas nuevo.

Conversión: No vuelvas, me das miedo. Abenaura González




From: abenauragonzalez@hotmail.com
To: miguelangelguelmi.escribe.narramos12@blogger.com
Subject: No vuelvas, me das miedo. Abenaura González
Date: Tue, 9 Apr 2013 19:04:32 +0100

Mi relato corto.


No me das miedo tú, no me malinterpretes, me da miedo tu recuerdo. Te tengo en algún rincón de mi mente, y por las noches oigo tus gritos diciéndome que te libere, que te sienta (Y vaya si te siento) Casi siempre consigues escapar, y yo me quedo en un rincón abrazándome, rezando para que no me encuentres... Siempre me encuentras. Y mi corazón intenta escapar de ti pero tú me susurras que me tranquilice, que no vas ha hacerme daño... pero ya me conozco el final de esa historia... cuando consigo creerte tu cara cambia por completo, dejas de infundirme valor y me sonríes de tal manera que yo vuelvo a chillar. Y como cada noche te abalanzas sobre mi y me arrancas el corazón del pecho para después irte y dejarme sola otra vez, sangrando. Cuando dejo de oír tu macabra risa por el eco de mis rincones, miro mi pecho, ahora abierto y vacío como un agujero negro. Duele, los bordes me queman, ensanchándose más y más, consumiéndome poco a poco. Es como si me atravesaran con miles de clavos oxidados ardiendo, cada pinchazo es un recuerdo.
...........Así es como despierto, chillando y empapada, no en sangre si no en lágrimas. Pero el vacío en mi pecho y el eco de tu risa continúan. 
Me da miedo quedarme sola; me da miedo guardar silencio, porque entonces tu voz vuelve a atacarme. Siempre vuelve...
Mi pecho es como un pozo, donde estaba mi corazón ahora queda un agujero al que da miedo asomarse. Y cuando cae la noche se abre, empieza a sangrar, los bordes vuelven a arder ensanchándose más y más. Todo esto solo lo causaste tú, y por eso me da miedo volver a confiar en alguien; tú tienes la culpa, me has echo insegura. ¿Y si vuelven ha hacerme daño? No quiero parecer un maldito queso, lleno de agujeros. Un día me partiré. Por ahora intento ni gritar cuando las punzadas empiezas a inyectarme queroseno, pero siempre amanezco acurrucada, presionando con fuerza mis manos contra ese abismo de cicatrices.
Me da miedo que vuelvas a aparecer, o que tanto desgarre la herida que acabe cayéndome a pedazos. Me da miedo que aparezcas con otro nombre y otro rostro, pero que sigas siendo tu, y vengas a terminar con lo que un día empezaste; que vengas a terminar con mi dolor. Con mi vida.





No vuelvas, me das miedo. Abenaura González

Mi relato corto.


No me das miedo tú, no me malinterpretes, me da miedo tu recuerdo. Te tengo en algún rincón de mi mente, y por las noches oigo tus gritos diciéndome que te libere, que te sienta (Y vaya si te siento) Casi siempre consigues escapar, y yo me quedo en un rincón abrazándome, rezando para que no me encuentres... Siempre me encuentras. Y mi corazón intenta escapar de ti pero tú me susurras que me tranquilice, que no vas ha hacerme daño... pero ya me conozco el final de esa historia... cuando consigo creerte tu cara cambia por completo, dejas de infundirme valor y me sonríes de tal manera que yo vuelvo a chillar. Y como cada noche te abalanzas sobre mi y me arrancas el corazón del pecho para después irte y dejarme sola otra vez, sangrando. Cuando dejo de oír tu macabra risa por el eco de mis rincones, miro mi pecho, ahora abierto y vacío como un agujero negro. Duele, los bordes me queman, ensanchándose más y más, consumiéndome poco a poco. Es como si me atravesaran con miles de clavos oxidados ardiendo, cada pinchazo es un recuerdo.
...........Así es como despierto, chillando y empapada, no en sangre si no en lágrimas. Pero el vacío en mi pecho y el eco de tu risa continúan. 
Me da miedo quedarme sola; me da miedo guardar silencio, porque entonces tu voz vuelve a atacarme. Siempre vuelve...
Mi pecho es como un pozo, donde estaba mi corazón ahora queda un agujero al que da miedo asomarse. Y cuando cae la noche se abre, empieza a sangrar, los bordes vuelven a arder ensanchándose más y más. Todo esto solo lo causaste tú, y por eso me da miedo volver a confiar en alguien; tú tienes la culpa, me has echo insegura. ¿Y si vuelven ha hacerme daño? No quiero parecer un maldito queso, lleno de agujeros. Un día me partiré. Por ahora intento ni gritar cuando las punzadas empiezas a inyectarme queroseno, pero siempre amanezco acurrucada, presionando con fuerza mis manos contra ese abismo de cicatrices.
Me da miedo que vuelvas a aparecer, o que tanto desgarre la herida que acabe cayéndome a pedazos. Me da miedo que aparezcas con otro nombre y otro rostro, pero que sigas siendo tu, y vengas a terminar con lo que un día empezaste; que vengas a terminar con mi dolor. Con mi vida.





Trabajos, 2ºE.

Actividad 1

Una vida llena de sobresaltos

Un día cualquiera, un señor llamado Domingo Valencia asistió a un acto relacionado con la memoria histórica de la isla de Gran Canaria. Se trataba de una manifestación frente los juzgados de Granadera Canaria y, por su pasado comunista, quería y necesitaba estar presente en la nombrada protesta.

Lo recogieron en su casa en un lujoso Audi de color rojo, vehículo al que no se había montando anteriormente. Tras el acto, comentó con varias personas sus vivencias políticas de cuando era joven, además de sus gustos personales y actividades que realiza cada día. Le gusta el fútbol y ver documentales de animales en la televisión, en especial de distintas especies de delfines. También, le agrada leer, pasear por el pueblo y estar con su familia.

Se trata de un señor que ha vivido situaciones de todo tipo en sus 92 años de edad. Trabajador, familiar e inteligente; con una mentalidad abierta y progresista, que le ha convertido en una persona defensora de sus derechos durante toda su vida.

 

Actividad 2

Caminando por la

Infancia

Redescubrió

El vuelo

Naciente e

Insaciable del

Atardecer

 

Acosta Santana, Cirenia.