Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Ese extraño vecino del 5º. Daniel Ojeda Delgado (Sin fallos)

Estoy asustado, mi vecino lleva todo el día vigilándome. Es como si quisiera perseguirme hasta encontrar el momento preciso. ¿Para qué? Me pregunto. La respuesta a esta cuestión no la sé, pero no me gusta ser perseguido por nadie, y menos por ese psicópata amargado. Puede que todo esto sean paranoias mías, es decir, ¿y si solo estuviera en mi cabeza? Puede que simplemente esté loco, sin embargo no pienso despistarme ni un solo momento.

Mis padres me advirtieron en su día que ese vecino no era una persona normal, en otras palabras, su forma de actuar y pensar no era la correcta. Sin embargo decidí quedarme a vivir en este lugar. Me equivoqué, claramente.

Me he dado cuenta de que solo tengo dos opciones: o me quedo en este sitio y estoy en peligro, o me voy a empezar de cero en otro lugar.

Puesto que mi vecino ha dejado de seguirme regresaré a mi piso. Si lo veo de nuevo persiguiéndome  me dará un infarto, en otras palabras, me dará un susto tremendo.

 

O.C.C. Copulativa

O.C.C. Adversativa                       ... Nexo

O.C.C. Disyuntiva

O.C.C. Explicativa                           

Miriam Rodríguez Déniz. El extraño vecino del sexto.

Era viernes ya, llevaba toda la mañana pensando que hacer el fin de semana. Mi vecino del sexto piso seguía arreglando su casa y su hija mayor se estaba quedando en mi habitación sin embargo, no en mi cama. Tenía un hermano de mi edad con ojos azules aunque, no era rubio. Estoy dudando entre ir a su casa a verlo o esperar que el traiga a su hermana. Me desespera la idea de no verlo hoy osea que, optare por ir a su casa. Su piso estaba en reformas y era peligroso ir por eso teníamos que pasar por la escalera de incendio en otras palabras, la primera y última vez que subía. Allí estaba él, aunque la sorpresa que me lleve no fue de mi agrado.... No era lo que me imaginaba, no era su hermano.








Copulativa-Explicativa-Disyuntiva-Adversativas

Ese extraño vecino del 5º. Daniel Ojeda Delgado

Estoy asustado, mi vecino lleva todo el día vigilándome. Es como quisiera perseguirme hasta encontrar el momento preciso. ¿Para qué? Me pregunto. La respuesta a esta cuestión no la sé, pero no me gusta ser perseguido por nadie, y menos por ese psicópata amargado. Puede que todo esto sean paranoias mías, es decir, ¿y si solo estuviera en mi cabeza Puede que simplemente esté loco, sin embargo no pienso despistarme ni un solo momento.

Mis padres me advirtieron en su día que ese vecino no era una persona normal, en otras palabras, su forma de actuar y pensar no era la correcta. Sin embargo decidí quedarme a vivir en este lugar. Me equivoqué, claramente.

Me he dado cuenta de que solo tengo dos opciones: o me quedo en este sitio y estoy en peligro o me voy a empezar de cero en otro lugar.

Puesto que mi vecino ha dejado de seguirme voy a regresar a mi piso. Si lo veo de nuevo persiguiéndome  me mandará al hospital de golpe, en otras palabras, si vuelve a aparecer cerca de mí me da un infarto.

 

O.C.C. Copulativa

O.C.C. Adversativa                       ... Nexo

O.C.C. Disyuntiva

O.C.C. Explicativa                           

Ese extraño vecino del 5º. Daniel Ojeda Delgado


Ese extraño vecino del quinto. Guillermo Santana Bañolas

Como ya era costumbre, el molesto sonido del despertador me despertaba. Tras levantarme me tomaba el desayuno, pero no antes de hacer la cama. El vaso de leche con gofio y un buen bocadillo son parte indispensable de mi desayuno. Luego realizaba algunas de mis tareas matutinas, para después estar activo durante el día. Mientras yo realizaba esta especie de de ritual todas las mañanas, el vecino del quinto me observaba desde su ventana, tratando de que no me diese cuenta de que me expiaba, en otras palabras intentando, observarme con el mayor disimulo posible. Pero yo siempre supe que el me observaba, pero nunca llegue a decirle nada al respecto.

Después continuaba con mi rutina me vestía y salía al trabajo mientras observaba el periódico a mi estilo, es decir, fijándome únicamente en las cuales su encabezado llamaban mi atención. Siempre el vecino del quinto y yo coincidíamos a la salida del edificio, nunca pensé que fuese coincidencia ya que eras así día tras día.

Al salir del edificio tomaba la decisión de si coger el coche o la bicicleta para ir al trabajo, y tas elegir ponía rumbo y me olvidaba de mi extraño vecino por el resto del día. Así eran todos los días, incluso fines de semana. Poco a poco comencé a sentirme incomodo con la constante atención que me prestaba.

 Hasta que un día esto repentinamente acabo, nunca supe si mi vecino se había mudado o había muerto.

Siempre me quede con esa duda, pero nunca la pude resolver ya que no lo volví a ver.

Texto romantico Guillermo Santana Bañolas

Era un noche perfecta, la luna brillaba deslumbrante en el cielo, como si de un sol se tratase. Noche ideal para hacerlo, para escarparme con mi gran amor. No era casualidad que la noche estuviese perfecta para culminar el fin de un día en el que si todo salía bien también sería perfecto.

Lo único que me faltaba era ella, camino a su cas mientras trataba de que nadie me reconociese y se diese cuenta de mis planes imaginaba su rostro y su cuerpo. Mientras mas lo pensaba mas ganas de que llegara el momento de marcharnos me entraban.

Pero yo lo sabia en una parte de mi mente siempre haba sabido que eso no podría acabar bien, y así sucedió al llegar a la casa de mi amada y trepar por las enredaderas hasta su balcón, entrar por la ventana sigilosamente. no me podía esperar lo que me ocurriría, el padre de la que seria mi esposa si conseguía escapar con ella se encontraba en la puerta de la habitación esperándome con dos grandes guardias armados. Nada más entrar fui aprisionado y poco mas tarde supe porque, el se había enterado de nuestros planes ya que varias personas nos habían visto juntos hablando sobre el tema un par de días antes y tras saberlo solo tuvo que presionar un poco a su hija para que se lo contase.

Tras explicarme todo esto no me dejo ni un segundo para hablar rápidamente saco su arma de la funda apuntó a mi sien y tras pronunciar las palabras “nunca te iras con mi hija, ya no” apretó el gatillo, segundos antes de apretar el gatillo pude ver el rostro de mi amada que asomaba por una rendija de la puerta que estaba entreabierta , sus lagrimas le corrían rostro abajo.

Texto Romántico. Guillermo Santana Bañolas

Era un noche perfecta, la luna brillaba deslumbrante en el cielo, como si de un sol se tratase. Noche ideal para hacerlo, para escarparme con mi gran amor. No era casualidad que la noche estuviese perfecta para culminar el fin de un día en el que si todo salía bien también sería perfecto.

Lo único que me faltaba era ella, camino a su cas mientras trataba de que nadie me reconociese y se diese cuenta de mis planes imaginaba su rostro y su cuerpo. Mientras mas lo pensaba mas ganas de que llegara el momento de marcharnos me entraban.

Pero yo lo sabia en una parte de mi mente siempre haba sabido que eso no podría acabar bien, y así sucedió al llegar a la casa de mi amada y trepar por las enredaderas hasta su balcón, entrar por la ventana sigilosamente. no me podía esperar lo que me ocurriría, el padre de la que seria mi esposa si conseguía escapar con ella se encontraba en la puerta de la habitación esperándome con dos grandes guardias armados. Nada más entrar fui aprisionado y poco mas tarde supe porque, el se había enterado de nuestros planes ya que varias personas nos habían visto juntos hablando sobre el tema un par de días antes y tras saberlo solo tuvo que presionar un poco a su hija para que se lo contase,

Tras explicarme todo esto no me dejo ni un segundo para hablar rápidamente saco su arma de la funda apuntó a mi sien y tras pronunciar las palabras “nunca te iras con mi hija, ya no” apretó el gatillo, segundos antes de apretar el gatillo pude ver el rostro de mi amada que asomaba por una rendija de la puerta que estaba entreabierta , sus lagrimas le corrían rosto abajo.

ese extraño vecino del quinto.marina abreu. gran canaria

Un sonido. Corto, constante. Es un sonido casi inaudible, no obstante, retumba en mi cabeza. Me abstraigo y la curiosidad me consume. Merodeo por mi casa, buscando respuestas a mis preguntas. Quizás una gotera en el techo o quizás gotas de lluvia caídas del cielo. Asomándome a la ventana, siento gotas bombardeando mi cabeza. No son goteras del techo, no es lluvia caída del cielo, sino gotas de un llanto ahogado que despierta en mí una curiosidad mayor. ¿Quién llora? ¿Quién sobre mi piso? ¿Quién se asoma a la ventana? Y entonces fue cuando recordé, aquel vecino del quinto, cuyo nombre desconozco. Lo analizo cada día, es decir, lo observo detenidamente. Pelo negro que esconde un triste rostro. Leva ropa sin vida, o sea es negra y oscura. El silencio reina en mi piso y yo me sigo preguntando quién es… ese extraño vecino del quinto.


Adversativa

Copulativa

Explicativa

Disyuntiva

 

EL Vecino del quinto. edith lázaro perdomo. Gran Canaria

 Yo era un pintor que vivía en el quinto piso de la urbanización del Monte, pero era tan obsesionado a los cuadros de Velázquez, es decir, un fanático por su pintura.Hasta que una tarde lluviosa, un extraño vecino que aparentaba poco más de 45 años y de pelo canoso, y blanco , que yo pensaba que sería
una gran persona, y me compraría mis cuadros, pero no fue así, sino que él me ignoraba.Cuando pasaba al lado mío me miraba con odio y maldad, y bien hasta que un día me propuse a enfrentarle cara , y así fue o no hablarle, lo hizé y este retrocedió ante mi acercamiento y se da la vuelta y se va, ni volvió vista hacía mí.Hasta que un día, me levantaba de mi cama y vi mi cuadro, que decía  " Querido vecino , ni me me gusta tus cuadros, ni tampoco tu arte "

Relato romántico. Carlos Acosta Suárez. Gran Canaria

Existía una región oculta más allá de los límites conocidos. Dicha región no figuraba en ningún sitio. Tampoco en los cuentos de hadas. La naturaleza del lugar era virgen. No había sido alterada por el ser humano. Abundaban los bosques frondosos. Bajo las copas de los árboles la oscuridad era perpetua. La niebla era un fenómeno frecuente. A simple vista nadie parecía habitar esos parajes. Al caer la noche las luciérnagas pululaban por todos los rincones. Con ellas se dejaban ver las criaturas moradoras de los bosques: duendes, hadas, ogros, trasgos... También algún que otro humano. En esta región imperaba la armonía entre todos sus habitantes.
Lo relatado a continuación es la historia de una joven humana. Su nombre nadie lo conocía. Ni siquiera ella lo sabía. Su padre era la única persona que alguna vez lo supo. Él era ya un hombre anciano. La memoria le fallaba. Por esta razón había olvidado el nombre de su propia hija. Había olvidado también quién era ella. No era capaz de recordar nada. Cada mañana despertaba. Olvidado ya cualquier hecho acontecido el día anterior.
Su hija era buena de corazón. Se compadecía de su progenitor. Le cuidaba en casa. Su hogar estaba situado en el interior de un inmenso árbol. La joven salía temprano todas las mañanas. Su propósito era recoger agua de un pozo cercano. Bajo el brazo llevaba siempre un vetusto balde de madera de sauce. Con él podía llevar a cabo su tarea.
Una mañana un cuervo volaba a través del bosque. Apretaba en sus garras un puñado de semillas. Tenía la intención de comérselas más tarde. Una semilla se le escurrió. Cayó varios metros. Aterrizó en el balde de la joven. En ese momento ella se encontraba de camino al pozo. El movimiento del balde producido por sus pasos al caminar hizo rodar a la semilla en el interior. Rodó de un lado a otro. Quedó encajada en un pequeño orificio en el fondo.
Pasó un rato. Algo en la semilla pareció despertar. Sintió el balanceo del balde. Escuchó el chirrido de una polea. Sintió que bajaba. Seguía bajando. La oscuridad crecía. Hacía frío. Seguía bajando. Bajó durante mucho tiempo. Quién sabe cuanto. Sentía miedo. La semilla se vio entonces sumergida en agua gélida. Notó que el balde volvía a subir. Tenues rayos de luz atravesaban el agua. La joven había cumplido con su deber. Emprendió el camino de regreso a casa. Allí traspasó el agua del balde a una vasija de almacenamiento. La semilla permaneció encajada en el orificio del fondo.
A partir de ese momento la semilla acompañó todos los días a la joven. Todos los días era sometida al descenso en el interior del pozo. Todas las veces sentía miedo. Se sentía sola allá abajo. El silencio era abrumador. Todo esto terminó por corromper a la semilla. En su interior comenzaron a surgir sentimientos oscuros.
Una mañana más, la joven volvió al pozo en busca de agua. Amarró el balde a la cuerda. Lo hizo bajar gracias al mecanismo de polea. Pasaron los minutos. El balde se sumergió en el agua. La joven apoyó su espalda en el muro de piedra del pozo. Suspiró. Descansó. Transcurridos otros minutos de incorporó. Debía continuar su tarea. Sintió algo. Algo húmedo y frío. Algo se aferraba a su brazo con fuerza. Tiraba de ella. La joven intentó deshacerse de aquello que la agarraba. Error. En medio de un alarido desgarrador fue arrastrada hasta el interior del pozo. Silencio. Más silencio. Se oyó un chapoteo lejano. Silencio. El silencio era abrumador. La semilla ya no estaba sola.

RE: Miriam Rodríguez Déniz. Esa extraña vecina del sexto

Un día de primavera, cuando me decidí volver y pasar una tarde con él. Sentía que ni era el mismo, ni volvería a ser como antes. Nuestro amor no era lo mismo, es decir, se había acabado. Sin embargo, yo pensaba que aún quedaría los recuerdos entre nosotros. Pero, estaba distante conmigo, sus palabras, sus besos, todo había cambiado en tan poco tiempo. Osea que, ya no me quedaba ninguna esperanza. O era yo o era él pero no eramos los mismos. Él había conocido a una chica de su sexto piso, un poco rara, no me daba ninguna confianza. Pero, me dejo por ella.

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From: miriam_galdar@hotmail.com
To: miguelangelguelmi.escribe.narramos13@blogger.com
Subject: Miriam Rodríguez Déniz. Ese extraño vecino del sexto
Date: Wed, 22 Jan 2014 22:26:22 +0000

Era Viernes ya, llevaba todo la semana esperando que llegase ese fin de semana, pero como todos los Viernes y Sábados, mi vecino del sexto piso y mi vecina del quinto estaban con la música y con la aspiradora, sin embargo, me extraño que sus hijos no estuvieran discutiendo por la play es decir, todos los días que no tenían colegio se lo pasaban haciendo escándalo aunque, muchas veces soy yo la que pongo la televisión a todo volumen, gracias que este fin de semana Manuel va a celebrar su cumpleaños osea que, me quedaré en casa de él o de Pablo es decir, me podré levantar tarde sin que mi vecino me moleste.
Clase de oraciones coordinadas , sus leyendas:
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TEXTO ROMANTICO DE ALEJANDRO MENDOZA DE GRAN CANARIA

TEXTO ROMANTICO:

No entendía porque ella me daba la espalda después de todos los momentos que habíamos pasado juntos. La cabeza parecía que me iba a estallar de tantos motivos por los cuales me había dejado de hablar Marta. En busca de esa solución decidí preguntarle cara a cara ya que no me cogía el teléfono Marta. Marta vivía en un  pequeño pueblo de a cinco kilómetros de el mío, nos conocimos en una fiesta que celebraba un compañero de clase en su casa y cuando la vi allí sentada en aquella hamaca sabia que aquella chica tenía que estar a mi lado hasta el fin de nuestros días.

Ya solo me faltaban unos metros para llegar a su casa cuando la vi y ella me vio pero para mí fue más desagradable que para ella que se encontraba junto a un chico en vez de girarme y vagar por la vida preguntándole porque no le dije nada le grite ¡PORQUEEE! . Ella se dirigió hasta mi y le dije dime solo un motivo por el cual hemos llegado a este punto y me dije un simple y rastrero, no sé; eso es lo que había vivido con ella un no sé. Me gire, con  una sonrisa en la cara y pensaba que este solo era el comienzo de algo pero no sabía que era así que el futuro me dirá 

TEXTO ROMÁNTICO, ALEJANDRO MENDOZA SUAREZ. GARN CANARIA


Una tarde de invierno. Nayara Álamo. Gran Canaria.

Como una tarde cualquiera de invierno, me senté al lado de mi anciana abuela, con su dulce y caliente chocolate reíamos mientras escuchábamos nuestra cadena de radio preferida. Eso lo hacíamos cada tarde justo después de yo haber terminado de hacer mis deberes, es decir, sabía que si quería una vida tan buena como la que me había dado mi abuela todos aquellos años debía continuar con los estudios.

Desde que mi madre había fallecido, mi abuela se encargó totalmente de mí y siempre me decía que estudiara o terminaría sin nada porque ella no  dudaría eternamente, de manera que me decía a mí misma que ojala lo fuera sino no sabría que hacer sin ella.

Copulativas, explicativas, disyuntivas, adversativas.

Un verano perfecto Luis Ramos

Acabo de salir del instituto y estoy más feliz que nunca, ya han terminado las clases y no paro de pensar que hasta dentro de tres meses no tendré que madrugar ni hacer deberes, además la he aprobado todas y con buena nota. Este año ha sido un poco difícil pero todo se puede si estudias y atiendes en clase. En verano no me cansaré de ir a la playa e ir a la piscina aprovechando el buen tiempo, también me iré de viaje o a un apartamento en el sur. Estaré todo el día con mis amigos en la calle, en el cine, en la playa, es decir, no me aburriré nunca. También visitare a mi familia en Inglaterra aunque lo mejor de todo es que me iré con todo mi equipo a Madrid a un torneo internacional, sin duda este verano será el mejor de todos, o sea que nunca se me olvidará.

OCC- rojo OCA- amarillo OCD- azul OCE- verde

Otra noche pensando. Miguel Ángel Betancor Díaz. Gran Canaria.

Otra noche pensando.

Me sentía triste y no podía dormir, no sabía ya si vivir o morir. Me faltas tú, ya ni tengo ganas a soñar. Tú eras el sentido de mi vida, pero te has marchado, yo siempre te demostraba lo mucho que te quería, aunque tú me ignorabas. Ahora lloro por tu ausencia, es decir ya no aguanto la paciencia. Me paro y pienso donde estarás, o sea que aunque te hayas ido me sigo preocupando por ti.

No aguanto más estoy impaciente, te has marchado y explicaciones no has dado. No sé por dónde andarás, espero que estés bien. Aunque yo esté sufriendo, siempre miraré primero por ti.

Rojo: Dos oraciones coordinadas copulativas.

Azul: Oración coordinada disyuntiva.

Verde: Dos oraciones coordinadas adversativas.

Violeta: Dos oraciones coordinadas explicativas.

Ese extraño vecino del quinto. Elena Hernández Rodríguez.

Ese extraño vecino del quinto.


Allí estaba yo, en mi cuarto. Acostado sobre mi cama en busca de algún entretenimiento. Intentaba dormir pero no me dejaban. Mi vecino volvía a atacar con sus ruidos.

Todas las noches hacía exactamente lo mismo, llegaba de trabajar y comenzaba su estruendoso concierto. Primero subía a toda prisa las escaleras y se paraba delante de su puerta. Tenía la manía de dar fuertes golpes en ella, porque decía que si había alguien dentro huiría y él podría ahorrarse un gran susto. Tras estar seguro de que esa persona habría salido huyendo, abría la puerta y dejaba que ésta chirriara durante eternos segundos, o sea, se aseguraba de que todo el edificio supiera que había llegado a su puerta. Más tarde, rodaba muebles de un lado hacia el otro como un loco durante al menos treinta minutos, pues quería tener armonía en su casa.

Cuando todo parecía haberse calmado, mi vecino salía de su casa y venía a tocarme pero nunca le abría. No porque le tuviese miedo, sino porque era muy raro. Nunca hablaba con nadie, pero todas las noches venía a mi casa en busca de compañía. Decía que le daba miedo la noche.

Cuando conseguía quedarme dormido, escuchaba un ruido espantoso dentro de mi cuarto. Entonces, me desvelaba rápidamente. No me levantaba de la cama, o sea, me quedaba quieto, tenía miedo.

  • ¿Estás durmiendo o te has despertado? - escuchaba siempre.

    Entonces mi corazón volvía a latir. Reconocía la voz. Mi vecino había entrado a mi habitación por la ventana, en busca de alguien que venciera sus miedos nocturnos. Ya estaba acostumbrado a mi extraño vecino del quinto.

O.C.A

O.C.E

O.C.D

O.C.C

Miriam Rodríguez Déniz. Ese extraño vecino del sexto

Era Viernes ya, llevaba todo la semana esperando que llegase ese fin de semana, pero como todos los Viernes y Sábados, mi vecino del sexto piso y mi vecina del quinto estaban con la música y con la aspiradora, sin embargo, me extraño que sus hijos no estuvieran discutiendo por la play es decir, todos los días que no tenían colegio se lo pasaban haciendo escándalo aunque, muchas veces soy yo la que pongo la televisión a todo volumen, gracias que este fin de semana Manuel va a celebrar su cumpleaños osea que, me quedaré en casa de él o de Pablo es decir, me podré levantar tarde sin que mi vecino me moleste.
Clase de oraciones coordinadas , sus leyendas:
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Ese extraño vecino del quinto. Sofía Melián Quintana. Gran Canaria.

Hace poco ha llegado al edificio un nuevo vecino, es un chico joven y muy guapo de unos veinte años aproximadamente. Además por lo que me han contado es un buen estudiante, es decir que saca muy buenas notas. Pero es un chico muy misterioso la verdad, hay algo en el que no le deja sacar lo que lleva dentro.  Siempre que le saludo agacha la cabeza o mira hacia otro lado  y hace como que  no me ha oído, no obstante esto no le pasa solo conmigo, sino con todos los vecinos del edificio por eso es conocido como ese extraño vecino del quinto.

Por ahí se rumorea que hace poco perdió a sus padres  en un accidente de tráfico y que por eso se ha mudado a este barrio. También dicen que desde entonces se ha vuelto muy violento y callado, o sea que ya no es el mismo de antes.

                          Copulativa    Explicativa   Adversativa   Disyuntiva

Ese extraño vecino del quinto. Sara Nuez León. Gran Canaria

"Ese extraño vecino del quinto…"

 

Bajaba las escaleras cuando me encontré con una persona que de nada conseguía recordar, o sea que no vivía en mi edificio. Supongo que vendría de visita o será para publicidad, pensé. Pero me di cuenta de que no, ni traía publicidad ni entraba en ninguna de las puertas del pasillo.De pronto vi que venía más gente tras él, venían con cajas. Entonces, fue cuando reaccioné y supuse que era un nuevo vecino. Le saludé y enseñé el resto del edificio. Parecía buena persona aunque mi instinto me hacía pensar que no era de fiar.

De pronto, un día apareció una toalla en mi casa, se le abía caído desde arriba. Toqué el timbre de su puerta, me abrió y pensé que me invitaría a entrar pero vi que no era su intención. Fue entonces cuando mis bolas cayeron rodando al suelo a causa de su perro que se había pegado a mis piernas señalando falta de cariño. Fui a recogerlas las de fuera y las que habían caído en el interior de la casa. Entonces fue cuando descubrí la verdad, pues había montado una pequeña fábrica textil con trabajadores al mínimo sueldo sin el mínimo de espacio posible. Mi instinto.

El extraño vecino del quinto. F. Javier Dominguez Suarez. Gran Canaria.

El extraño vecino del quinto

Nunca me saluda y pocas son las veces que le veo, he oído decir tiene hijos, sin embargo, no los he visto, ni, sé nada de ellos. Mi madre dice que antes era normal, es decir, que la saludaba, o le sonreía, hasta que un día dejó de hablar con la gente, como si nadie existiera, como si fuera el único habitante de la Tierra

A veces me planteo que le habrá pasado, o sea, ¿por qué ya no es como antes?, quizás su mujer haya fallecido o haya sufrido alguna desgracia,  cuando lo veo me da pena, aunque en el fondo siento pena, al imaginar la soledad que debe sentir.

                                                  

Ese extraño vecino del quinto. Mariam Quintana Reyes. Gran Canaria.

 Cada imagen que aparece en mi cabeza de ese extraño vecino del quinto, se vuelve más nítida al entrar al ascensor: su pelo bastante descuidado y canoso; unas enormes ojeras, ya imposibles de ser eliminadas; su enorme nariz; su boca que desprende una halitosis espantosa. Tan solo tiene veintiséis años, aunque ni los aparenta ni lo conseguiría por mucho que lo intentase. Siempre va encorvado y con pocas ganas. Tiene una asquerosa verruga en el cuello, no estoy seguro de si es rosa o marrón clarito, pero es grande. Me da muchísimo asco todo lo relacionado con él. Me desgrada la forma de su cara, sus dientes sucios, sus repulsivas manos deformes. No se calla. Solo habla de cosas sin sentido. Me da dolor de cabeza el hecho de verlo todos los días, es decir que no consigo librarme de él. ¡Es insoportable! Siempre huele muy mal, esto es que casi nunca se ducha y cuando lo hace no se esfuerza mucho por quitarse la mugre...

Algo malo es que cuando empiezo a buscarle defectos no acabo y me estoy el resto del día con su imagen desagradable en la cabeza; y otra cosa, la peor de todas, es que...yo soy ese extraño vecino del quinto.

Ese extraño vecino del quinto. Zuleima Montesdeoca Betancort.

Como todos los días salía del instituto con muchas ganas de llegar a mi casa . Tener la comida caliente y puesta sobre aquella mesa de madera ,en la que junto a mi madre almorzaba todos los días, desde hace años, era mi mayor preocupación.  Como siempre comentamos lo que habíamos  echo durante el día. De pronto tras preguntarle por un nuevo vecino que había llegado hacía unos tres días ,se hizo un gran silencio. Se levantó de la silla y me dijo que iba a tomar una siesta. Tras este comportamiento de mi madre decidí investigar un poco sobre aquel extraño vecino del quinto.  Fui hacia su piso y toqué en la puerta de su nueva casa. Parecía no haber nadie pero  de golpe se abrió la puerta . Este hombre me resultaba familiar aunque no tenía un rostro muy común De repente se sobresaltó y me invitó a entrar dudando un poco de que si lo que hacía era lo correcto.  Me presenté como una de sus vecinas y le ofrecí mi apoyo , yo también fui nueva aquí hace un tiempo. Me contó que venía de un país muy poco conocido y que solo buscaba un poco de felicidad tras largos años de inmensas desgracias.  Me daba mucha pena que un hombre así ,es decir,tan agradable lo hubiera pasado tan mal.  Decía que todo lo malo que le había sucedido había sido solo por su  culpa ,o sea se auto culpaba por sus desgracias.  Llamaron a la puerta y era mi madre.  Entre lágrimas entró corriendo y me abrazó . Mi madre se encontraba mal por algo ajeno a mi o  me estaban ocultando algo. Cuando se calmó un poco se sentó en un sillón y sacó una foto del bolsillo ,que había visto muchísimas veces. En la foto aparecíamos ella y yo muy sonrientes pero de algo no me había percatado anteriormente. La foto estaba rota o arrancada por la mitad. De repente de su bolsillo sacó otra foto que resultaba ser la parte arrancada de la primera. Me la enseñó y pude ver a un hombre muy parecido al nuevo vecino ,pero un poco más joven.  Mi vecino me miró y con una sonrisa casi forzada me admitió que era mi padre.


-2 Oraciones compuestas coordinadas adversativas.

-2 Oraciones compuestas coordinadas copulativas.

-2 Oraciones compuestas coordinadas explicativas.

-Oración compuesta coordinada disyuntiva.



Ese extraño vecino del 5º.Tamara Niedergesass Herrera.Gran Canaria

Era domingo por la mañana temprano, me desperté de mala gana y resacada por la fiesta de la noche anterior. Había sido el cumpleaños de mi compañera de piso, o sea que, hoy la libraba de limpiar todo el desastre. Al levantarme salí del piso para recoger el correo en el portal. Baje lentamente, pero accidentalmente me resbalé, y caí por las escaleras. Durante unos segundos, en los que no sabía si llorar o reír sin parar, permanecí con los ojos cerrados. Al abrirlos un extraño joven estaba ante mí. Estaba muerta de vergüenza, sin embargo, me sumí en un largo ataque de risa.

Me detuve durante unos minutos a observarlo, tendría mi edad y me miraba de forma perturbadora. Me resultaba familiar, no obstante, no recordaba haberlo visto por el edificio. Era un tanto extraño, es decir, su aspecto y su todo eran raros y siniestros. Daba miedo. ¿Quién sería? Al preguntarme eso se encendió una bombilla en mi cabeza, era aquel tipo del quinto que no salía nunca y no hablaba con nadie. No le dije nada, no sabía si darle la mano o simplemente sonreír. Tras un corto e incomodo apretón de manos bajé el primer escalón, y de su boca salieron unas palabras impactantes, que me dejaron estupefacta. ¿Cuándo repetimos lo de anoche?

Ese extraño vecino del quinto. Dunia Oliva. 4ºA


 "ESE EXTRAÑO VECINO DEL QUINTO"

<<Eran las cinco de la tarde. Este dato suele resultarle indiferente a la mayoría de personas que leen o leerían esto, pero Noah no forma parte de ellas. Bueno, comienzo:

Eran las cinco de la tarde de un lunes y Noah volvía a casa después de una dura y larga jornada laboral. No sabía cómo se sentía, ya suspiraba ya bostezaba… Y es que hacía aproximadamente dos semanas que su nuevo vecino del quinto hacía ruidos extraños cada día sobre las cinco de la tarde. Se oían voces de personas y maullidos de gatos que parecían temer a este señor. Noah siempre se ha considerado un hombre valiente, aunque ésta situación le hacía dudar sobre la existencia de su vecino y esto le asustaba. Tenía que elegir entre soportarlo toda su vida o en entrar a su casa, observando así cuál sería el verdadero significado de los extraños ruidos provocados. Optó por tocar el timbre y esperar. Acto seguido, se abrió la puerta con un chirrido peculiar, es decir, alguien se había aproximado a ella y había puesto su mano sobre el pómulo, girándolo y llevándolo hasta su propio cuerpo. >>

Esto fue, al menos, lo que leí esta mañana en el periódico. Todo el edificio comenta la desaparición de Noah, o sea que algo debió de haber ocurrido en el momento en que se adentró a la casa de su vecino. De este hombre sólo se sabe que se fue de la ciudad. Circula en bocas de mucha gente que cada vez que obtiene una presa, se muda a otro lugar, en busca de más personas, cuyas guiadas por su curiosidad, sean capaces de tocar el timbre y esperar que el extraño vecino del quinto les de paso a su casa.

Ese extraño vecino del quinto. Raquel Mª Suárez López

Cada pocos segundos me paro y miro el reloj. Sólo son las cuatro, o sea que todavía debo esperar media hora. Me siento inquieta y algo nerviosa, pero intento relajarme y respirar con normalidad. "¿Qué te pasa?-me digo- sólo vas a conocer a tu nuevo vecino." Mi vecino. Ese extraño vecino del quinto. Hace poco que llegó a nuestro bloque de pisos y nadie sabe gran cosa acerca de él. No es de ese tipo de vecinos extrovertidos y sociables, sin embargo, anoche me llamó expresando su deseo de conocerme. Me sorprendí bastante y, durante unos instantes, no contesté. Nunca me ha agradado la idea de quedar con desconocidos, es decir, me parece un tanto peligroso no saber con quién vas a enfrentarte; no obstante, acepté. Me dije que o lo hacía o perdía la oportunidad de saber quién era. Así que aquí estoy, nerviosa como una niñita en su primer día de colegio, esperando a que llegue el momento de bajar a encontrarme con él. Siento gran deseo de conocerle pero, al mismo tiempo, me invade una extraña desazón. Tomaré precauciones sin dejar de ser por ello amable y cordial. ¿Qué misterios ocultará ese hombre? ¿Me los revelará algún día? 


Copulativa          Disyuntiva            Adversativa              Explicativa         


Ese extraño vecino del quinto. Bethsabé Reyes Díaz

Desde hace unos tres meses, vivo en un edificio a las a fueras de la ciudad. Todavía no me he acostumbrado mucho a aquel lugar, pero es acogedor y bastante bonito. La gente allí es muy simpática, aunque no todos. En mi edificio hay hasta 5 plantas, en cada uno de los pisos hay dos apartamentos menos en el último; el quinto. 
Allí vive un señor bastante raro. Es alguien a quien ni le gusta el ruido, ni suele hacerlo. Suele subir siempre por las escaleras porque dice que no le gusta el ascensor. Cosa extraña, ya que vive en un quinto piso. No obstante, es muy simpático y ocurrente. Es algo alto, pero no demasiado. Tiene el pelo negro y la voz ronca.
Hay ocasiones en las que, o bien está despistado o simplemente no saluda. Veces en las que o tiene prisa o estará enfadado. Con este tipo nunca se sabe. También es cierto que despierta algo de misterio, de curiosidad. Por lo que he podido comprobar, es bastante presumido, es decir, siempre que lo he visto va muy bien arreglado. Odia los gatos, los perros, bueno, los animales en general. Sin embargo, tiene un bonito canario amarillo y con rayas marrones. 

Aquella noche terrible. Tatiana del Carmen Mendoza Garcia. Gran Canria


Aquella noche, cuando mis padres ya estaban dormidos y no se oía ni un solo ruido en la casa, decidí que era el momento. Llevaba mucho tiempo imaginado como lo haría, y ya tenía la respuesta. Me costó mucho averiguarlo, es decir muchos mese buscando en el silencio, recorriendo los laberínticos vericuctos de mi mente , pero ya tenía la solución. El destino me diría si era cierto todo lo que había meditado. Tenía que ser una noche de luna, con viento y con frío. ¿Por qué? Bien ya tenemos la  respuesta. Ella me lo había pedido así que, y no era un capricho: el viento, el frío y la luna eran imprescindible.
Ya está en el estrecho camino que daba al misterioso bosque. La casa, la seguridad de mi hogar quedaba muy lejos.
Se oía unos pasos muy fuerte y la muchacha se asomó y vio  que se reflejo en cuerpo de la persona en el espejo y la muchacha se escondió dentro del armario y se asusto mucho y entonces llamó a la policía, pero la policía no podía ir. Entonces ella salió del armario y cogió un palo, y le pegó. La persona se fue corriendo. Entonces la muchacha se quedó tranquila y después al rato llego la policía.

Oraciones Coordinadas Copulativas
Oraciones Coordinadas Disyuntivas
Oraciones Coordinadas Adversativas
Oraciones Coordinadas Explicativas

El extraño vecino del quinto

Me volvían a despertar, una vez más, los ruidos de mi vecino. Detesto que me interrumpan la siesta y sobre todo, en el momento que estoy cogiendo el sueño. Jamás había visto a nadie salir de aquella casa, no obstante, estaba claro que alguien vivía en ella. 

Eran poco más de las 18:00 de la tarde, de modo que me levanté del sofá y sin más preámbulos me dirigí al cuarto de baño. Me tomé un buen baño para relajarme y espavilarme un poco. Tras prepararme, salí a la calle a darle un paseo a Laika. Me encanta pasear por las calles de mi ciudad, a decir verdad son muy hermosas, pero como siempre, mi vecino de arriba me venía a la cabeza. Me resulta muy extraño que hace aproximadamente 6 meses que vivo aquí y aún a día de hoy no me lo he encontrado por los rellanos ni tampoco lo he visto por la calle, sin embargo, siempre produce mucho ruido.

Al llegar acsa me puse a pensar en todos los ruidos que había oído durante los 6 meses que había vivido allí, como los paso, los llantos, los susurros... de modo que me armé de valor y decidí subir a casa de mi vecino. Una vez en el quinto piso, tuve miedo de lo que pudiese ocurrir una vez que tocase la puerta, pero era o tocar o quedarme con la duda para siempre, osea que, toqué. Esperé unos segundos, es decir, intenté tranquilizarme un poco, al mismo tiempo que miré a mi alrededor. Cuando me volví hacia la puerta pude comprobar que estaba entre abierta, me quedé un poco confundida, pero me decidí a entrar. Con un poco de miedo me recorrí toda la casa. Para mi sorpresa no había nadie, lo que me resultó inaudito, es decir, difícil de creer.

Después de estar par de minutos pensando en todo aquello, pude ver que había una pequeña nota sobre la mesa del salón, la cual decía:
"Odio los jueves, la gente está agotada y al mismo tiempo revolucionada, entiendo que mañana sea viernes, pero, ¿cuál es la diferencia? para mi todos los días son iguales, te levantas por la mañana y te vuelves a dormir por la noche, y así, un día tras otro. Tampoco entiendo mucho por qué hay que hacer la cama cada día, al fin y al cabo, es una forma absurda de gastar energías, la volverás a destrozar por la noche".

Solté la nota muy confundida, ¿qué significaba? tal vez era una simple reflexión, no obstante, demostraba que alguien vivía allí. Volví a coger la nota para leerla una vez más, pero sin saber cómo todo lo de antes ya no estaba, ahora solo decía:
"Mira más allá de lo que ves".
Dejé la nota, una vez más, y miré hacia la mecedora que había al lado de la mesa. Había una mujer, aproximadamente de 80 años, me miró y sonrió. Salí corriendo de allí y me fui a mi casa, estuve alrededor de 2 horas pensando en todo aquello, hasta que por fin, me quedé dormida.

El extraño vecino del sexto. Cristina Castellano Díaz.

Era un día como cualquier otro entre semana, y acababa de llegar a casa del trabajo. Era un día agotador, en la oficina hubo mucho papeleo y en casa, no había nadie.

Decidí llamar a mis compañeras de piso, pero ninguna me cogía el teléfono. Cuando de repente, y sin haberme percatado anteriormente, empecé a escuchar música.

Estuve prestando atención pero no conseguía percibir desde donde venía, así que decidí dar un pequeño paseo por el edificio para ver de dónde venían los ruidos, y para hacer tiempo hasta ver si llegaban mis compañeras.

O mis compañeras se habían ido de fiesta, o bien cogieron "cola" para llegar a casa.

Empecé a andar por el edificio en busca del lugar desde el cual venía la música. Cuando me quise dar cuenta, estaba en el sexto piso. ¿En el sexto? ¿Desde cuándo estaba esa planta?  

En el ascensor solo habían cinco botones que indicasen plantas, es decir, o el botón se rompió o esta planta era nueva; y para más sorpresa había una sola vivienda, y lo normal eran tres por planta.

Decidí tocar, y preguntar. Llamé varias veces a la puerta, pero nadie contestaba.

 Cuando estaba decidida a marcharme, una voz infantil, me indicó que podía pasar; y como no, pasé. Al entrar, no vi a nadie, solo un extraño sillón marrón, en medio del salón.

Oía una voz que me hablaba, es decir que allí había alguien.

Varias veces, sentí a alguien cerca de mí, pero en ningún momento vi a nadie. Dispuesta a marcharme, empezaron a llamar a la puerta, pero ya nadie respondía. Cansada de esperar, decidí marchar. Llamé al ascensor, y vi un botón inservible que indicaba sexta planta no habitable. Desde ese entonces, no he vuelto a pasar de la cuarta planta.

 

ORACIONES COORDINADAS COPULATIVAS.

ORACIONES COORDINADAS DISYUNTIVAS.

ORACIONES COORDINADAS ADVERSATIVAS.

ORACIONES COORDINADAS EXPLICATIVAS.

Ese extraño vecino del quinto. Samuel Ojeda Ojeda. Gran Canaria.

Buenos días, mi nombre es Miguel y soy estudiante de Matemáticas en una prestigiosa universidad de Berlín. Originariamente soy de las afueras de las ciudad, pero he tenido que mudarme al centro por las oportunidades que esta universidad me brinda, tales como  mejor preparación y mayor probabilidad de poder encontrar un trabajo.

El caso es que, desde hace unos meses vivo, yo sólo, en un apartamento de un edificio de no más de cinco plantas, donde aprovecho dicha soledad para concentrarme en mis estudios.

No obstante, a veces me es difícil centrarme en lo que estoy haciendo, es decir, no puedo estudiar a gusto. Y es que, cuando a punto a punto estoy de aprenderme la lección, un molesto zumbido procedente del quinto piso, justo el que está encima de mí, se mete en mi cabeza y me atormenta. Un zumbido y luego un grito, profundo y desgarrador.

Las únicas veces que me he topado con mi vecino del quinto no han sido precisamente agradables. Recuerdo que entré al ascensor y allí estaba él, en una esquina, con la mirada clavada en el suelo. Medía no más de metro y medio, y lucía una gran barba que había sido teñido de blanco con el paso del tiempo. Dijo algo que no pude entender, pues estaba inmerso en mis pensamientos.

-¿Apretas ya el botón o tengo que hacerlo yo? - me repitió - Haz lo que quieras, pero no te quedes ahí parado.
Yo no fui capaz de moverme, pues el miedo había paralizado todos mis músculos y cualquier intento de movimiento sería en vano. 

De lo demás, lo único que recuerdo fue que aquellos segundos en el ascensor se me hicieron eternos, y que al llegar a mi casa pude escuchar de nuevo el grito de una chica, y tras éste, insultos de toda clase, lo cual me hizo estremecer. De mis demás encuentros con él ni me acuerdo ni quiero recordarlos.

-O pides perdón o será lo último que haces - oí de repente. Yo decidí relajarme un rato,es decir, me puse mis cascos y decidí hacer la vista gorda a todo lo que estaba pasando mientras escuchaba mi canción favorita.

Tengo claro que quiero irme de este lugar, pues desde esta mañana mi vecino del quinto me espera en la puerta. Ya es por la tarde y aún no se ha movido de ahí. No soy capaz de salir de mi casa. Le he preguntado qué quiere, pero no me contesta. Sigue con la mirada fija, clavada en la puerta, como si pudiera ver a través de ella.

"Ese extraño vecino del quinto ". Esther Alonso Guerra

Apenas había salido el sol pero, yo ya estaba despierta .No tenía planes ni deberes que hacer. Mis padres no estaban en casa pero yo no iba a aprovechar para hacer una fiesta. Necesitaba estar tranquila, hacía tanto tiempo que no disfrutaba del silencio. Finalmente decidí vestirme con ropa de deporte y salir a caminar un rato. Tendría que decidir  entre bajar por las escaleras o bajar en ascensor. Al final me decanté por las escaleras porque así iba entrando en calor .En la primera planta me crucé con Jordi , en otras palabras , ese extraño vecino del quinto. Me miró y , sin saludar siquiera , salió corriendo escaleras abajo . En su cara se dibujaba el misterio ni siquiera sabía cómo sonaba su voz. Era muy tímido o simplemente escondía algo. No solía dejarse ver, es decir, siempre salía en horas en las que nadie pasaba por allí. La verdad es que os vais a quedar con la intriga porque todavía no sé lo que esconde ese extraño vecino del quinto.

La razón de mi vida eres tú. Miguel Ángel Betancor Díaz. Gran Canaria.

La razón de mi vida eres tú.

Me sentía como una ola rompiendo contra una montaña, muy furioso, porque tú me hacías sentir muy afortunado. Ahora ya no es así, me has dañado yéndote como un viento huracanado. Cuando te tenía entre mis brazos me sentía el niño más feliz de este mundo, pero ahora, yo ya no soy persona. Tú eras el porqué de mi vida, la que me hacía levantarme por la mañana con una verdadera sonrisa. Ya no duermo, ni cómo. No me concentro en los estudios solo en ti, es culpa tuya me hiciste vivir de ti. No me importaba la perfección solo con tu sonrisa provocabas en mi adicción. Pero ya todo cambió, decidiste ir, espero que vuelvas, aunque lo veo imposible por la forma en que te fuiste, me jugaste por una cosa que verdaderamente yo no hice. Pero ya está por muchas palabras que diga no servirán de nada.

Texto romántico. Miriam Rodríguez Déniz.

La chica rubia del parque.

 Un día de verano cuando me dispuse a ir a pasear el perro, me la encontré, allí estaba ella, melena larga, una sonrisa radiante, era la chica que días antes me había cruzado con ella en el tren, era perfecta, tuve la intención está vez de hablarle pero mis nervios me echaron para atrás pero, me di la vuelta y me fui, día tras día me arrepiento de ello, ¿Qué hubiera pasado si me hubiera acercado?, mil preguntas se me pasaban por la cabeza, era tanta la obsesión que me parecía verla cruzar la calle, oír su voz. Un día en el cual me dirigía a clase me tocaron en el hombro al darme la vuelta por mi sorpresa vi que era ella, me puse rojo como un tomate, se me había caído una nota, le di las gracias y seguimos hablando como si nos conociéramos de siempre.

FOTOSINTETIZADORA. RAQUEL Mª SUÁREZ LÓPEZ

Este invento tan innovador será de gran importancia en la lucha por la erradicación del hambre en el mundo, uno de los grandes objetivos del milenio. Su funcionamiento se basa en la fotosíntesis de las plantas, ya que utiliza la energía solar para fabricar alimento a partir de sustancias inorgánicas y orgánicas, desintegrándolas y reorganizando los átomos para formar el producto requerido. En principio, tiene el tamaño de una nevera grande pero con el tiempo se construirán ejemplares menores o mayores según el número de usuarios y el uso a que esté destinado. Está dotada de una pantalla táctil con la que seleccionar los alimentos y dos aberturas para introducir materias primas y recoger el resultante, así como de orificios para la obtención de aire y paneles solares.


Instrucciones:

1.     1.  Selecciona el alimento que quieras fabricar en la pantalla táctil.

2.      2.  La máquina te indicará qué sustancias debes introducir (agua, piedras, cáscaras, etc.). Introdúcelas por la abertura A.

3.      3.  Pulsa el botón Fabricar. Espera el tiempo que sea necesario.

4.       4.  Pulsa el botón Expulsar y recoge tu alimento por la abertura B.

(NOTA: Si quieres añadir algún nutriente especial -minerales, vitaminas- especifícalo en la opción Nutrientes de la pantalla táctil).

Texto corto romántico. Tatiana Mendoza Garcia. Gran Canaria

Te adoro cuando te ríes. Me encanta que cuando paseamos te juntes a mí, agarrándome de la mano y mostrándome que estás a mi lado. Me gusta ver esos ojos que me vuelven loca y saber que el brillo de felicidad es por mi presencia. Elegirme a mí, no me lo esperaba. Eres la única persona que me conoce realmente bien, o mejor dicho, que se esfuerza en conocerme. Eres esa persona que me hace reír. Gracias por dejarme pasar muchos minutos de tu vida contigo. Gracias por mostrarme que la felicidad se puede alcanzar.Gracias por estar día a día por y para mí.

Texto corto. Cristina de Pilar Castellano Díaz. Gran Canaria.

Era una soleada mañana de agosto, los pájaros cantaban, los hojas de los árboles se movían, y ella disfrutaba del buen día que hacía.
Cuando de repente lo vio pasar. Era él, el hombre de sus sueños, era alto, trabajador, cariñoso, el llamado príncipe azul.
Sus esperanzas, al verlo solo y sin ninguna otra chica a su alrededor fueron fuertes, muy fuerte. Tan fuertes que decidió ir a hablar con él para expresarle sus sentimientos. Cuando se quiso dar cuenta, ya él se había marchado. En un sentimiento repentino de furia, ella lo buscó sin parar, día tras día, me tras mes, hasta que se rindió. Víctima del desamor creado por la ignorancia, huyó al bosque, sola, ya que creía que allí conseguiría olvidarlo. Pero no fue así, lo vio una última vez, y con ello descubrió que todo había sido fruto de las ansias de amor que ella tenía.    

EL ACANTILADO. ELENA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ. GRAN CANARIA.

Bajo la luz de la plácida Luna, sentada al borde del acantilado, me encontraba recordando todos aquellos momentos que vivimos juntos. Miraba las estrellas preguntándome cuantos secretos aún seguían guardándonos. Sentía que mi alma había muerto contigo.

De pronto, las sombrías nubes acorralaron a la Luna, mi corazón dio un vuelco. y como por arte de magia, descubrí tu rostro escondido entre la espesa niebla, tan firme como lo recordaba, atractivo y con esos pequeños rasgos de rebeldía que se adueñaron de mi corazón desde el primer momento.
Me limité a observarlo durante varios minutos. 
Mis manos se volvieron frágiles, mi pecho se ahogaba por momentos, en mi estómago notaba pequeñas punzadas, mis piernas flaqueaban como nunca antes lo habían hecho, ahí fue cuando pude entender todo, cuando descubrí la esencia de la vida.

Todo este tiempo, me había sentido muerta. En cambio, gracias a tu espectral aparición pude comprender que la idea de no volver a tenerte entre mis brazos me torturaba. Entendí al fin que estaba viva gracias al dolor.

Desde ese momento, vengo a visitarte cada día amado mío, al acantilado donde tantas cosas vivimos juntos, para sentirme viva.