Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Lo vi en el metro. Brian Matías Perdomo Martín. Gran Canaria

 

Érase una vez una leyenda de un hombre conocido como el mal, solo los niños inocentes podían diferenciarlo de la sociedad, todos los demás no sabrían diferenciar aquel hombre del resto.

Solo se conoce que era alto, vestía una capucha negra y no se dejaba ver su rostro, se dice que la persona que vea a este señor morirá en menos de una semana y todas las personas que se sitúen a su alrededor también. La cuidad estaba aterrorizada, habían muertes numerosas y las familias se destrozaban por las perdidas de sus seres queridos.

Había una familia que se negaba a la realidad, se reunían en casa sin salir para que no se haga la leyenda con su familia.

Un día el componente mayor de la familia se desvaneció, toda la familia pensaba que hacer, podían llevarlo al hospital pero también arriesgarían su vida ya que para llegar al hospital mas cercano había que recorrer largas distancias en metro, decidieron que había que llevarlo a un hospital, y pasara lo que pasara se mantendrían juntos en todo momento, se pusieron manos a la obra y llegaron al metro para el hospital con toda la familia, pudieron llegar al hospital y Volver sin ningún problema, todos estaban felices ya que habían vuelto a casa sin ningún problema, el mal no había entrado en sus vidas para destrozar la familia. Pasaban los días, un día con abundante lluvia y tronadas estaban en casa con toda su familia. Con atónitas miradas vieron entrar el mal por la ventana, decidieron no alarmarse, no podría pasar nada ya que nadie de la familia había visto a ese hombre.

La niña menor de la familia, una niña inocente dijo

-         ¡ mama ! yo lo he visto, lo vi en el metro

Toda la familia fue asesinada, ya que todos se situaban aquel día en el metro, pero como habían prometido, estarían siempre juntos y así fue.

 



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Corazones rotos. Brian Matías Perdomo Martín. Gran Canaria

              Corrían tiempos lejanos, una joven pareja de adolescentes enamorados disfrutaba de un paseo por el parque de la cuidad. La chica se había enamorado locamente De su novio. Este chico era una persona alegre y que le gustaba vivir la vida sin saber apreciar las pequeñas cosas de la vida al contrario de su novia que era mas reservada.

 

         Poco a poco se dio cuenta de que realmente el no amaba a su novia. Pensaba que el hecho de tener novia era una perdida de tiempo

Tener novia es tener una vida con limitaciones decía él.

Solo había un problema, la chica se había enamorado locamente de él,

El chico no quería que su novia sufriera al perderlo ya que le tenía mucho aprecio.

       

          Un día sin pensarlo mucho escribió una carta de despedida a su novia diciéndole que se iba lejos sin motivo alguno, obviamente a su novia le afecto mucho, gracias a el apoyo de sus mas cercanos salió adelante, el chico se sentía mal ya que todo eran  mentiras, solo quería vivir la vida sin limitaciones. Pasaban los años y decidió volver a la ciudad a buscar otra vida alejada de exaltaciones. En aquellas calles era solo un indigente el paso de los años borro los recuerdos que aquella cuidad conservaba de él, y lo mismo pasó con las personas. Un día se encontró con quien fue su novia durante un tiempo, a la cual engañó.

 

            Pensó que volver con aquella chica cambiaría su vida, pero era demasiado tarde, la chica había madurado, se dio cuenta de que ese chico no sabía valorarla. La chica encontró el amor de otro hombre y pensaba formar una familia, el chico estaba muy triste y se dio cuenta que a veces mas vale no arriesgar cuando alguien tiene lo necesario.

Arriesgando se puede ganar, pero también se puede perder.

 

 



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Mi tio desconocido.Alberto Candelaria.Gran Canaria

Estaba en el metro comprando un ticket para el primer viaje de la mañana con rumbo a Jerez. De repente, miré hacia la máquina de dulces y vi reflejado su cara; lo vi, lo vi, lo vi en el metro. Esa cara que llevaba intentando olvidar durante años y que me apareció catorce años después, ese rostro miserable y frío. No dudé ni un instante y llamé a los cuatro amigos míos que se encontraban en lo sucedido de hace catorce años. Ellos casi ni se acordaban, les costó mucho. La verdad es que no entiendo cómo se puede olvidar el rostro de la persona que mató a nuestro querido amigo Marcos. Me doy la vuelta y lo veo otra vez, lo sigo por la plaza, paso el parque, también la cuidad deportiva, hasta que llego a un callejón y él entra en un humilde portal, lo sigo sin que se de cuenta. De repente, oigo un fuerte estruendo, como una pistola o alguna otra arma. No sabía que hacer pero tras varios minutos decido a subir. En la planta 4 veo a muchos vecinos reunidos delante de sus puertas sin rastro del agresor, y en medio, un cuerpo encapuchado, voy hacia él, le quito la sábana y lo veo. No lo reconocí, no supe quien era. Saqué una foto a ver si alguien sabía quien era. Se la enseñé a mi madre y no tardó en reconocerlo, era mi tío, al que yo desconocía.

Lo vi en el metro.Daniel Ramos García. Los Quintana.

Nací el 16 de junio de 1971 en East Harlem, Manhattan. Mi madre era
miembro de "las panteras negras" y justo antes de nacer yo la habían
absuelto de más de 150 cargos de conspiración contra el gobierno de
Estados Unidos y monumentos de Nueva Cork. Nadie excepto mi familia
sabe donde nací ya que mi madre no lo hizo público por temor a
posibles ataques de sus enemigos. En principio tenía un apellido
falso, hasta que mi madre se casara con Mutulu Shakur, ahí empezó mi
historia, la historia de Tupac Shakur.
La delincuencia y la cárcel me rodaron desde que era niño; mi padrino
fue acusado del asesinato de un profesor durante un robo, mi padre fue
cuatro años uno de los 10 fugitivos más buscados por el FBI, tambiñen
era buscado por ayudar a mi tía a escapar de la cárcel donde se
encontraba. Lo terminaron encarcelando en 1986. vivía con mi madre, mi
hermanastra Sekyiwa y mi hermanastro Mopreme Shakur.
Intentaba salir de esa escribiendo y pasando el menor tiempo posible
en casa, en la calle conocí a un amigo, Dana Smith, con el que formé
un grupo de rap, estabamos considerados los mejores raperos de el
instituto.
En 1988 nos mudams a Marin City, California. Fui creciendo como rapero
sacando discos de éxito. Pero como éramos chicos de las calles no todo
podía ser tan bonito. En 1993 formé un grupo con unos amigos y mi
hermano mayor. Nuestro primer disco fue disco de oro en 1996. Thug
Life esa era nuestra filosofía.
A medida que fui creciendo fui ganado atención como rapero pero era
casi inevitable que un joven rapero negro como yo acabara en
problemas con la justicia. Una de mis canciones contenía una historia
en la que se asesinaba un policía, dos semanas más tarde de salir el
disco a la venta un policía fue asesinado en Texas. Era de esperar que
no se lo tomaran bien, en Oakland me dieron una paliza unos
policías,¿por qué? Por cruzar la calle imprudentemente. El revuelo
mediático provocó que se retirara mi disco. Yo sólo quería reflejar
por lo que pasan los jóvenes negros en las calles durante su vida.
La cosa se nos fue da las manos dos policías que cruzaban la calle
imprudentemente, qué ironía, casi son atropellados por el coche en el
que viajaba yo precisamente, por supuesto no se estuvieron quietos
aunque no estuvieran de servicio, vinieron a por nosotros y salieron
heridos, ellos fueron acusados de dispararnos y yo de dispararles a
ellos, además de que mi amigo fuera acusado de conducción temeraria.
Cada vez tenía más enemigos y me tendieron una trampa. Una mujer se me
acercó en una fiesta con las intenciones muy claras, acabamos en un
hotel, solos y tranquilos.
La mañana siguiente me desperté acusado de "acto brutal contra una
mujer indefensa". Pasé un año y medio en la cárcel. Luego fui acusado
de atacar a un antiguo empleado de el rodaje de un vídeo musical, este
sí se lo merecía, otros quince días en la cárcel. Mi vida no era
precisamente el colmo de la tranquilidad. Mi grupo y yo (Thug Life)
sacamos otro disco: thug life: volume 1, el grupo tuvo que hacer
algunos conciertos sin mí ya que de vez en cuando tenía que cumplir
algunas penas relacionadas con la justicia. Me relacionaba con el
mundo de las estrellas a pesar de todo, hasta se me llegó a relacionar
con Madonna, se dice que quería tener un hijo conmigo. Al año
siguiente, en 1995, se me condenó por error acusado de homicidio de un
niño de seis años, no descarto que también fuera una trampa, claro, me
tuvieron que indemnizar. Mi vida últimamente estaban siendo las dos
caras de la moneda, por un lado me codeaba con grandes estrellas y
tenía éxito en mi carrera artística, pero mis enemigos me seguían de
cerca; aprende esto: ten a tus enemigos cerca y a tus amigos…más.
Antes de el juicio en el que se me iban a quitar todos los cargos
sobre un abuso sexual que no cometí, recibí cinco impactos de bala, lo
peor es que conocía a los que me dispararon y luego me raptaron; eran
Sean Combs, Andre Harrel y un viejo amigo o eso creía yo, Biggie
Smalls. Los vi un poco raros después del tiroteo, como sorprendidos de
que siguiera vivo. También sospeché de mi mejor amigo Randy "Stretch"
Walter.
Ese fue asesinado justo un año después del tiroteo. Después de eso
pasé once meses en la cárcel. En la cárcel tenía que aprovechar el
tiempo y además de levantar pesas, leí libros como "el arte de la
guerra", salí de la cárcel gracias a que Suge Knight pagara la
fianza.
Firmé por su sello Death Row Records. Saqué un álbum yo solo con toda
la rabia que tenía contenida y sin censura. "All eyez on me" de el que
vendí nueve millones de copias. Dr. Dre tuvo que abandonar el sello
por unos problemas con la dirección pero continuamos en Death Row
grabando. Outlawz y yo sacamos "Hit Them up" donde ataqué públicamente
y sin reparo a Biggie Smalls y su compañía disquera. 1996 fue mi mejor
año como artista y el más satisfactorio como persona, esperaba formar
un grupo con los mejores raperos de todo el país: outlawz, Wu-tang
clan, Big daddy Kane, Big Syke y Gang Starr.
La pena fue que no aguantaron mi éxito y después de ver un combate de
boxeo entre Moke Tyson y Bruce Seldon en las vegas uno de nuestros
socios vio a Orlando Anderson en el vestíbulo, era un claro símbolo de
una trampa. Anderson nos había robado en una tienda que pertenecía a
nuestros socios, le pegamos por supuesto. Creíamos que nos habíamos
salvado de la trampa pero al abandonar el recinto nos detuvimos en un
semáforo en rojo y de un cadillac blanco salieron trece disparos hacia
nosotros, me dieron cuatro, lo primero que vi fue una boca de metro y
hacia ella corrí entré moribundo pero en sangra caliente y salté todos
los controles y entré en el primer metro que pasó naie me había
seguido o eso creía yo, estaba viendo mi vida pasar por delante de mis
ojos como una película cuando de repente me parece ver a mi padre en
la otra parte del metro, dos segundos más tarde recibí el último
disparo y morí desangrado, me alegra saber que me pude despedir de
alguien de mi familia y que por última vez lo vi en el metro.

M.Alberto Morales Vega MIEDO

M. Alberto Morales Vega


Estaba en una misión, un tanto fácil al principio. Después, se complicaron las cosas. Solo era descender en las vainas de descenso y explorar el planeta.

6:00 de la mañana. Estaba en mi habitación que compartía con tres soldados más. Solo un par de minutos y estábamos en la zona del descenso. Como a mí no me gusta esperar me puse a dormir.

7:00 de la mañana. Una fuerte sacudida me despertó. La habitación se tiñó de los colores de la alerta roja. La estación estaba siendo atacada. No sabía que estaba pasando. Me levanté rápido y me puse el traje para el descenso, pero sabía que estaba pasaba algo muy malo. Cogí la escopeta y salí de la habitación.

Miré a los dos lados, algunas luces estaban rotas, se veía muy poco. Y grité: -¿Ahí alguien? ¡Hola!. –Nadie respondió. Probé por mi comunicador: Aquí Alex ¿Me reciben?. Alguien habló, con una voz ronca por el transmisor: Huyan… -¡Donde se sitúa!

-No podrás hacer nada, por que ya están aquí. –Atreves del transmisor se oían golpes en una puerta, y gemidos. –Nuestro mayor fallo era venir aquí. –Unos golpes más fuertes echaron la puerta abajo. Un gran chillido se hizo oír. –La comunicación se cortó.

No sabía que hacer así que me puse en marcha hacia la sala de mandos, pasando por las incubadoras, era el camino más corto hacia allí. Y me puse en marcha. Ya que el pasillo era oscuro, encendí la linterna. Veía cuerpos de soldados y otros seres en el suelo, las paredes llenas de sangre. Pasé entre los cuerpos con mucha delicadeza de no perturbar el sueño eterno de los que fueron mis compañeros.

De repente una sombra se abalanzó sobre mí al pasar al lado de una puerta. Aquella cosa iba a por mi cuello. Le cogí la cabeza y lo alejé lo suficiente para verle la cara.

Era un ser humano sin piel, y deformado le faltaba parte del cráneo. Lo lancé a la pared, la linterna cayó al suelo. Me levanté rápido para que no me contraatacase. Ese extraño ser empezó a hablar. Temblando, alcé la escopeta apuntándole a la cabeza. –Eres el último. –Dijo con una voz aterradora. –No tardarás en ser uno de nosotros. –Al terminar la última palabra saltó sobre mi. Instintivamente apreté el gatillo. Le di en la pierna. Cayó como si fuera plomo al suelo. Y empezó a avanzar hacia mi. Le disparé varias veces hasta dejarlo casi desmembrado por completo. Seguía vivo pero no se podía mover.

Me di la vuelta y salí corriendo hacia la sala de mandos. Me tocaba las incubadoras. Además de base de avance militar también tenía instalaciones para investigar. En las incubadoras estaban los llamados iluminados. Eran mutaciones genéticas. No se como pueden jugar a ser Dios de esa manera.

Me quedé delante de la sala que decía ``Incubadoras no permitido el paso''. Por suerte soy como un médico de guerra y tengo acceso a esa zona. Introduje el código 966532. La puerta se abrió lo primero que vi fue un gran agujero en el suelo. Pensé: Si esas criaturas han llegado hasta aquí ni me imagino el resto de la nave. Rodeé el gran agujero.

Y entré en la sala principal de las incubadoras. Los cristales de los embriones estaban rotos y con sangre. Oí una difícil respiración venía de una esquina era un embrión casi formado con ojos rojos y con algo que parecía un brazo en la boca. El embrión saltó a mi cabeza. Forcejeé con el, conseguí quitármelo de la cabeza. Lo lancé al suelo y le di una fuerte patada. Y se dio contra la pared.

Corrí fuera de la sala de mandos de la incubadora se me había revuelto el estómago, apresurado me fui a una esquina y me quité el casco, vomité. –Demasiadas cosas raras en un solo día.

Me quedaba poco para llegar a la sala de mandos. Unos minutos más caminando y llegaría a mi destino.

Por fin en la sala de mandos. Estaba lleno de sangre por todos lados. No había nadie, de repente algo saltó sobre mi, mordiéndome el brazo. Era uno de mis compañeros de habitación. Era una de esas horribles criaturas. Con lágrimas en los ojos dijo: Lo… siento…mucho…Dutch… por favor acaba conmigo. Cogí la escopeta y le di de lleno en toda la cabeza. –Descansa en paz amigo mío. Rápidamente me metí en una nave. Puse de rumbo la zona colonizada y puse el botón de arrancar. La nave se empezó a mover.

Unas fuertes arcadas y mareos, me tumbaron al suelo, me miré las manos la piel se estaba cayendo y dije con la voz muy cambiada: Me estoy convirtiendo en uno de ellos. Difícilmente me moví hacia donde estaba la escopeta, me la puse en la cabeza y dije: No quiero ser uno de ellos, acabaré todo este sufrimiento. ¡BANG!




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Lo ví en el metro. Yarince. Gran Canaria.

Era una noche clara, despejada, incluso placida. Me sentía confusa mientras paseaba en Las Ramblas de mi amada Barcelona. Nunca debí irme, lo tenía toda aquí. Tenía un buen trabajo, un piso sencillo y pequeño pero con cierto encanto que me daba sensación de estar protegida y hasta tenía a mi alma gemela, y no es que crea que dos personas pueden estar predestinadas a estar juntas ni que solo existe una persona ideal pero, Carter marcó la diferencia, el cambio mi vida. Por esa razón me costó tanto dejarlo, pero cuando me ofrecieron un proyecto de investigación en la prestigiosa universidad de Yale… Bueno, digamos simplemente que había mucho dinero de por medio y mi familia no iba a aceptar que rechazara esta oportunidad única. Ellos pensaban desde el principio que Carter no me convenía, al fin y al cabo solo era un conductor de metro que apenas llegaba a fin de mes…

 

Ahora pienso que fue un error, es Navidad, llevo dieciocho meses en el proyecto y me va bien, voy a visitar a mis padres en estas vacaciones, pero desde que me mudé he estado perdida, hago siempre las mismas cosas el proyecto no me deja tiempo para nada y para ser sincera le echo mucho de menos…

 

Pasear por aquí me tranquiliza hace que me sienta en casa.

 

Bajé las escaleras que conducían al metro y compré un billete a la avenida donde vivían mis padres. Por fin llegó el metro me dio tanta nostalgia. Me senté al lado de la ventanilla, el metro cerró su puerta preparado para salir y entones fue cuando lo vi, sentado donde solía sentarse en su hora de descanso, mi cabeza se llenó de emociones. Pensé en salir pero era tarde, el metro empezaba a moverse. Fue como perderlo por segunda vez, nunca olvidaré ese momento. Al día siguiente volví pero no estaba y después de preguntar al gerente supe que había dejado el trabaje justamente ayer. No lo volví a ver.

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lo vi en el metro Jose Adam Santana Godoy

Lo vi en el metro Erase una noche gris en la calle de la Castellana , no había nadie por ahí cerca solo se oía el viento soplar entre las nubes. Yo me dirigía hacía el metro cuando note un escalofrió que me recorría todo el cuerpo, como si alguien me estuviese siguiendo. Empece a correr dirección al metro y sentía todavía la misma sensación de miedo. Cuando llegue al metro me encontré a mi amigo David que hacía tres años que no lo veía. Nos dirigimos hacia mi casa que estaba cerca , y nos pusimos a hablar por el camino. Me dijo que se vino a Madrid porque quería que le ayudase a encontrar a su madre que había pasado mucho tiempo que no sabía nada de ella y también me contó que se iba a casar con Laura una compañera que estuvo con nosotros en primero de Bachiller. Esa misma noche David se quedó en mi casa a dormir, para empezar la mañana siguiente a buscar a su madre para darle la gran noticia. Nos dirigimos hacía los juzgados para comprobar si ella seguía viva y en ese caso saber donde estaba viviendo. Al entrar por fin en ese gran edificio y preguntar por la madre de David nos dijeron que ella se había ido a vivir a Álcala de Henares con su hija Sara. Salimos de los juzgados y David me dijo que ya era tarde que nos fuésemos a casa y mañana ya sería otro día para seguir buscándola. Volvimos a coger otra ves el metro y me volvió a dar la misma sensación de que me estaban siguiendo. Se lo comente a David a ver que me decía, nos dimo la media vuelta pero no había nadie. Ya en la puerta del metro volví a notar la misma sensación y esta vi cuando me di la vuelta lo vi parecía imposible pero era cierto, esa cosa tan extraña que estaba que veía me sonaba familiar era él " mi padre " al que daba por muerto en el accidente que ocurrió el día de mi decimocuarto cumpleaños. Lo vi como siempre con su gran barba y su pelo ensortijado. No me lo podía creer . Se acerco a mí y me dijo - ¿ Cómo estas hijo?¿No vas a saludar a tu padre?. Me quede anonadado y cuando reaccione fui corriendo a darle un gran abraso. Fuimos los tres a mi casa, y estuvimos toda la noche escuchando las historias que había vivido mi padre durante todo este tiempo que no estaba con nosotros. Ya a la mañana siguiente volvimos a salir a buscar a la madre de David para decirle que su hijo se iba a casar . Llegando a la estación de Alcala de Henares vimos a una mujer sentada con su hija en un banco del metro, era ella pensé yo, hasta que David de un salto gritó "mama, mama espérame que soy yo tu hijo" . Bajamos enseguida del metro y él fue corriendo a abrazarla y contarle todas esas historias que había vivido con la que ahora iba a ser su mujer. Todos ya estábamos felices yo que por fin volví a encontrarme con mi padre que hacía mucho tiempo que no lo veía y David todos ya sabemos la historia de David se fue con su familia y con su mujer a vivir a las calidas playas de las Islas Canarias, y desde entonces todos encontramos lo que más necesitábamos la felicidad.

Lo ví en el metro.Iván Granados.Gran Canaria

Día 6 Enero 2010 día de reyes, estaba María sentada en el metro camino hacía Valdemoro para ingresar en la academia de la Guardia Civil, ya que venía de Gran Canaria de estar de vacaciones.

Estaba en el metro sentada cuando de repente el metro se para, el hombre de la cabina comunicaba mediante megafonía que el metro había hecho la parada de emergencia por un objeto no identificado en el último tramo del tren…Justamente donde estaba ella sentada ,  se asusto e intento correr hacia adelante pero no pudo, la puerta estaba cerrada.

Que fenómeno más adverso el que estaba viviendo en el tren la primera vez que le pasaba, no sabía que hacer…Niños llorando mujeres desesperadas, ella no sabía que hacer lo único que se le ocurrió fue llamar a su novio Guardia Civil también para comentarle lo ocurrido, después de contárselo el novio se puso muy histérico y ella le colgó el móvil para evitar males mayores entre ellos como discusiones o algo por el estilo.

Pasaba ya media hora y desde megafonía no se comentaba nada la gente se desesperaba aun más y más. De repente suena un estruendo sonido fuera del metro, ahí fue donde todo el mundo empezó a ponerse histérico. Ella mostró su cartera e hizo un alegato como que era Guardia Civil para poder ayudar a las personas que estaban dentro del metro.

La gente no prestó mucha atención a eso ya que justamente cuando mostraba su cartera vuelve a sonar el mismo ruido desde afuera y el metro sin causa aparente  se pone en movimiento.

A causa de ese movimiento ya se vivió un caos en el metro, estaba todo manga por hombro las puertas se abrían se cerraban,  era todo muy raro algo que nunca había pasado en un metro ni por asomo, la gente pensó que habría una bomba o algo de causa mayor. El tren llega a su destino y las puertas se cierran, la gente apretaba el botón y las puertas no se abrían, María fue a la cabina para hablar con el maquinista pero este no estaba, cuando de repente lo ve delante del metro observando por fuera el metro con dos personas más, ella cogió un martillo  y rompió la puerta de emergencia para que todo el mundo saliera, todo el mundo salió le dieron las gracias a María una vez ya estaban fuera, el maquinista al oír el ruido va corriendo a ver que pasó y se encontró la puerta rota…

María le comento lo que había pasado y él lo entendió cuando después de diez minutos se dio a conocer la causa de ese fenómeno…Lo más inesperado fue lo que paso, lo que nadie se imaginaba, una rata había mordido varios cables y entre los cables se juntaron una vez rotos y provocó ese caos en el metro, la gente lo tomo con buen humor, pero no olvidara el rato pasado.

Lo vi en el metro.Alejandro Díaz.Gran Canaria

Lo vi en el metro

 

La historia que os voy a contar sucedió una fría tarde de invierno en la que cogí el metro para realizar un viaje desde Sevilla hasta la ciudad condal, Barcelona para pasar allí las navidades con mi familia, aunque no sabía que estas navidades serían algo especiales para mi. Durante el viaje todo iba bien, hasta que en la parada de Madrid subió a bordo un hombre un poco misterioso y que por su manera de actuar se le notaba nervioso, e intentaba que no se le viera la cara, pero por suerte o por desgracia se la pude ver, y me di cuenta de que esa cara me resultaba familiar, pero no sabia por que.

El comportamiento de este señor era un tanto raro, ya que siempre que lo miraba, él  se encontraba mirando  los bolsos de las mujeres.

Al llegar a Barcelona baje del metro y este misterioso señor bajo detrás de mi. Durante el tiempo que permanecí en Barcelona,  unos tres o cuatro dias no lo volví a ver. Pero el día 4 de Enero, cuando solo quedaban tres días para que se me acabaran estas pequeñas vacaciones, viendo las noticias oí hablar del mayor robo realizado en Barcelona en los últimos diez años. Según las noticias, el ladrón había conseguido llevarse del lujoso chalet la gran fortuna  de el señor Don Francisco Manuel Morales que era uno de los hombreas más ricos de la ciudad, cuando entrevistaron a este señor por la tele se le veía muy triste y estaba destrozado. Yo pensaba que podía hacer para ayudar a la  captura del ladrón o para ayudar a este pobre hombre que en estos momentos se encontraba sin dinero, pero me daba cuenta que no había nada que pudiera hacer. Antes de acabar de contar la noticia,  la presentadora dijo que uno de los vecinos había visto al ladrón y que ayudándose de lo que este vecino aportó, realizaron un retrato robot del ladrón. Nada más ver la cara me acordé del hombre del tren ya que la cara era idéntica. Yo estaba muy nervioso ya que no sabía que hacer, así que llamé a la policía y cuando descolgaron se oyó una voz que dijo

-¿Quién es?

Y dije por el teléfono lo primero que me salió: -Lo vi en el metro

Y alguien respondió -¿Cómo?

-Lo vi. en el metro; repetí.

-¿A quién? Me preguntaron

- Al ladrón de la fortuna del seño Don Francisco Manuel Morales

Rápidamente di una descripción física de ese hombre y horas más tarde lo encontraron en la parada del metro con un billete hasta Sevilla.

Pronto me pusieron en contacto con el señor Don Francisco, este se mostraba muy agradecido con migo  pero nunca me dio ninguna recompensa, solo me entregó un sobre marrón, pero con una condición, no lo podría abrir hasta que el muriera. Yo le prometí que así seria.

Cinco años después me anunciaron que el señor había muerto, y yo acudí a su entierro, después del entierro cuando llegué a mi casa me atreví a abrir el sobre pero yo no me esperaba recibir tan grata sorpresa. Dentro de este se encontraba una carta que decía:

"Querido amigo Alejandro estoy muy agradecido contigo por haber ayudado a la policía a encontrar al ladrón de mi fortuna, no sabia como agradecértelo y como no tengo descendencia ni ningún tipo de familia cercana, me gustaría que te quedaras con el chalet de Barcelona, como muestra de agradecimiento por lo que has hecho por mi. Espero que lo disfrutes con tu familia.

De tu amigo Don Francisco Manuel Morales".

Cuando leí esta pequeña carta me di cuenta que no solo hay que ayudar a los demás por recibir algo a cambio ya que aunque este señor no me hubiera dado nada a cambio me encontraría satisfecho conmigo mismo ya que lo había ayudado a recuperar su fortuna.



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Lo vi en el metro.Alba María Del Pino Martín

                                               LO VI EN EL METRO.

 

En un día soleado, mis amigas y yo decidimos ir al centro comercial. Habíamos quedado a las 4 para coger el metro, de repente nos subimos y lo vi allí a un muchacho en una de las esquinas del metro, le pedí al muchacho que si me dejaba sentarme a su lado en el único sitio libre que quedaba y él me respondió que no que ahí iban las bolsas.

Yo seguí por mi camino y me puse con mis amigas de pie le conté lo que me había dicho el muchacho con respecto al sitio libre a ellas le pareció muy extraño que no me dejará. Entonces llegó dos chicas una de ella tenía un hamster en una jaula, y le pregunto al muchacho que si dejaba sentar a su amiga a su lado y él respondió que no porque ahí iban las bolsas y que si se podía alejar porque era alegico a los animales. Al cabo de un rato en mitad del trayecto el muchacho se levanto, se fue a la parte de atrás del metro, y se puso a decir que las muchachas le habían echado sabiendo que no era así.

Luego le pregunto a mis amigas que si le decía al chofer que él quería hablar con él ninguna le hizo caso, pues cuando paro en una parada le pregunto:-¿Oye en el metro puedes llevar animales?, él le respondió que si lo llevaba en una jaula le dijo que si y le respondió el chofer si está en una jaula si sino no, entonces el muchacho le dijo que él cuando llegara a la parada de él pondría una hoja de reclamación y él le dijo que podría hacer lo que quisiera. Hubieron muchas paradas en unas de ellas se bajaron las dos chicas con el hamster, mientras se bajaba le dijo al chofer  -mira voy a poner la hoja de reclamación por llevar está jaula con un hamster chico que ni se ve ni suelta pelo, el chofer se echó a reír.

Cuando llegamos a la última parada, mis amigas y yo nos bajemos y le contemos al chofer lo que había pasado, por lo del asiento libre y que nos dijo que no, entonces el muchacho se bajo y le preguntó al chofer lo de la hoja de reclamación  y el chofer le contestó vale si usted pone la hoja de reclamación por lo del animal yo podré una a usted por no dejar a las muchachas sentarse en el único hueco libre, él se quedo todo morado y con la misma se fue y finalmente lo vi en el metro solo en una esquina y a su lado el único hueco libre que había.

           

 

 

 

 

 

 

 



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lo vi en el parque.Alejandro García Monzón.Gran Canaria

día,6/6/06.María se disponía a dar una vuelta al parque, cuando de pronto, una sombra muy negrizca le envolvia.asustada y sin saber que hacer hecho a correr muy rapido.ya en el parque, con mucho miedo la sombra vuelve ,cada vez la sombra le iba envolviendo mucho mas su cuerpo,unas voces que venian de la sonbra le decian ven acércate mas, ella no podía escapar algo la retenía ahí de pronto ¡zas! una espeluznante cara roja y dos cuernos, le cojieron del jersey y la arrastro a lo mas profundo de la sonbra.aquello ayi dentro era realmente terrorifico.no avía absolutamente nada solo almas en pena merodeando por ay de un lado a otro, María asustada intenta salir de aquel sitio pero no sabe como aserlo,de pronto un señor con tunica blanca se le acerca y le dice.Imaginaciones,Imaginaciones.de pronto ¡bum! un ruido muy fuerte sonó en su cabeza rim rim extrañada por ese ruido, se da un pequeño pellizco y de repente abrió los ojos y estaba tumbada en su cama. su madre toca a la puerta, María el desayuno María aturdida no deja entrar a su madre a la habitacion.En un instante de segundo un fuerte dolor le oprimia el pecho cada vez mas. Asustada se tira en la cama y se sujeta el pecho con mucha fuerza.el diablo asia acto de presencia sobre ella, su madre consigue entrar y la niña solo decía lo vi en el parque,lo vi en el parque.su madre asustada le decía que mi niña que la niña no respondía de repente ¡pof! su corazón dejo de latir. desde ay no se a vuelto haber esa niña



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Lo vi en el metro. Josué Castellano Reyes. Gran Canarias

Lo vi en el metro.

Hola amigos, permítanme robarles un breve momento de sus vidas para contarles un trozo de la mía que, si mal no recuerdo ocurrió en un tren;

El reloj marcaba las siete de la tarde. Me encontraba comprando un ticket para el metro cuando un hombre pasó corriendo a mi lado. Aparentaba tener prisa o sentirse perseguido, pues, de vez en cuando miraba atrás con cortos giros de cabeza. Pero le hice caso omiso y seguí mi camino hacia el metro.

Cuando llegué, aún faltaban varios minutos para su salida. Miré al hombre que había visto antes, el que corría con ansias hacía unos segundos. Se sentó frente a mí. Vestía una gabardina que parecía cara, una camisa de pequeños cuadros azules, unos pantalones y unos zapatos también, además de unas gafas oscuras y un sombrero.

Aparento estar nervioso, miraba a sus alrededores, movía sus pies arriba y abajo rápidamente, frotándose las manos.

Sonó la bocina del metro y se puso en marcha. Recogió su maletín de piel negra y se aferró a él con todas sus fuerzas.

El viaje estaba siendo tranquilo, la gente subía y bajaba, hasta el momento en que se oyó el frio y doloroso sonido de una pistola al ser disparada. Dos matones vestidos de negro recogieron el maletín del misterioso hombre de la gabardina y huyeron; yo, que a día de hoy aún no se por qué lo hice, los empecé a perseguir.

Durante la persecución, llamé a la policía con mi teléfono móvil que, como solía pasar casi siempre, estaba bajo de batería.

Les di información precisa de lo ocurrido, sobre el aspecto de los misteriosos matones de negro y de nuestra localización.

Giraron a la derecha, luego a la izquierda y milagrosamente no se habían percatado de mi presencia cuando entraron a una casa.

Era una casa grande, de al menos dos plantas, que aparentaba estar en ruinas. La humedad había hecho que la pintura cayera de las paredes.

A su alrededor había un jardín muy descuidado, lleno de malezas. Me adentré en él y rodeé la casa en busca de otra salida, pero había ninguna otra.

Me preguntaba que podría haber dentro de aquel caro maletín, quizá drogas, dinero,... eran muchas preguntas y ninguna respuesta las que pasaban por mi mente en esos momentos.

Observé una roca debajo de un viejo arbusto junto a la entrada de la casa. Recogí un palo de madera aparentemente duro.

Esperaba la llegada de los policías o la salida de alguno de aquellos misteriosos matones. Afortunadamente llegaron antes los policías.

Les conté lo sucedido, y una patrulla de policías se aventuraron en aquellas ruinas. Tuvieron que pasar varios minutos intensos hasta que se oyó la radio de un policía. No habían encontrado ningún maletín ni nada parecido, pero sí dos cadáveres. Según la descripción de un policía eran dos hombres, piel morena, pelo negro, unos cuarenta años más o menos y vestidos de negro, sin marcas de violencia aparentemente y, no había ningún maletín.

Otra vez se me pasaron por la cabeza las mismas preguntas de antes:

¿Quiénes eran aquellos matones?

¿Qué habría en el maletín?

¿Cómo y por qué murieron aquellos matones?

¿Por qué querían aquel maletín?

¿Dónde estaba ahora aquel maletín?



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LA CABAÑA. Melani Jordan Reyes. Gran Canaria

En un pequeño pueblo situado en una zona de mucho frío vivían un grupo de cinco jóvenes; tres chicos y dos chicas. Borja, Carlos, Roberto, Sofía y Judith. Todos estaban en la misma clase y se conocían desde niños. Solían quedar por las tardes para charlar. En ese pueblo los abuelos les contaban leyendas a sus nietos y aquellos chicos todavía las recordaban. Había una leyenda a la que ellos le tenían mucho miedo. La de la cabaña que se encontraba entre los árboles del bosque, en lo alto de la montaña. Sus abuelos les contaban que hace 50 años allí vivía una pareja de ancianos. Susan y Richard. Richard, desde muy joven solía ir de caza de noche él solo. Una noche la pareja de ancianos tuvo una fuerte discusión. Richard decidió coger la escopeta y salir de caza para liberar la mente. Susan se quedó en casa llorando sin cesar. A las tres horas todavía Richard no había legado a casa y Susan estaba muy preocupada. Cuando se dispuso a coger el teléfono para llamar al guarda del bosque oyó un fuerte disparo al lado de la cabaña. Pegó un grito del susto y enseguida salió en busca de Richard. Cuando salió de la cabaña lo más rápido que sus piernas doloridas le permitían, se le había olvidado coger el abrigo y un inmenso temblor le recorrió todo el cuerpo. Desde fuera podía ver la luz que desprendía el interior de la cabaña. Se fijó en que una gran sombre recorría todos los árboles proyectándose desde su interior. Enseguida se agachó lo suficiente para no ser vista por lo que quisiera que estuviese dentro e ir en busca de Richard. Al doblar la esquina de la cabaña se quedó petrificada. Veía sangre por todas partes, salpicada en la madera y n camino de sangre que iba a la parte trasera de la cabaña. Pensó en que quien hubiese dejado aquella sangre era el que se encontraba en el interior de la cabaña. Mientras, seguía viendo las sombras recorriendo los árboles y oyendo pasos en el interior. Siguió caminando y al llegar a la parte trasera vio que estaba en lo cierto. La puerta estaba medio abierta y se alongó para ver quién había allí. Cando miró ya no había nadie y los pasos que se escuchaban habían cesado. Susan se pasó años desolada sin saber qué le había pasado esa noche a su amado, Richard. La gente del pueblo decía que cuando hablabas con ella era como si no te oyese nada y tenía alucinaciones. Hasta que murió cuatro años después de un infarto. Después de 50 años, el mismo día en que Richard desapareció se oye un disparo en lo alto de la montaña. En las vacaciones navideñas, un día los chicos estuvieron recordando esa historia e hicieron una apuesta. El que se atreviese a entrar en la vieja cabaña el día de la muerte del difunto, los demás le compraría una bici nueva. A todos les parecía les parecía una gran aventura en la que pasarían mucho miedo. El 23 de diciembre, el día de la desaparición de Richard el grupo de jóvenes habían preparado las mochilas con lo que les hacía falta para todo un día. Cogieron las bicis y emprendieron su camino hacia la cabaña con la ayuda de un mapa. Hicieron una parada en la falda de la montaña para almorzar. Cuando terminaron de comer, avanzaron 100 metros y Carlos, que era el que llevaba el mapa, dijo que a partir de ahí habría que subir a pie la montaña. Los demás le hicieron caso y subieron a pie, menos Roberto. Ya empezaba a estar cansado y no estaba muy convencido de que fueran a encontrar la cabaña, así que dio media vuelta y volvió al pueblo. El reto siguió subiendo a pie. Después de un buen rato caminando Sofía se dio cuenta que lo único que hacían era dar vueltas todo el tiempo al encontrarse una roca que ya había visto anteriormente. Todos se enfadaron con Carlos porque no dirigía bien y les hacía perder el tiempo, así que Borja se hizo cargo del mapa. Ya empezaba a anochecer cuando encontraron la cabaña. La madera estaba podrida y hacía mucho frío. Carlos propuso que pasasen allí la noche, ya que si daban la vuelta, se iban a perder porque no iban a ver nada y les podía coger una tormenta. A Judith le pareció una locura. No iba a poder descansar del miedo, así que Borja se ofreció para inspeccionar la cabaña y estar más seguros. A los cinco minutos Borja salió y dijo que no pasaba nada, sólo había muebles viejos. Todos entraron con cautela por el miedo a que apareciese algo anormal. Cuando vieron por sí mismo que no había peligro se relajaron un poco y prepararon los sacos de dormir que habían llevado por si las moscas. Hacía mucho frío, así que juntaron los sacos de dormir para estar más calentitos. Todos había podido conciliar el sueño menos Judith. Ella seguía desconfiando de aquel lugar. Alrededor de las 11h. de la noche, Judith empezó a oír cómo algo se movía entre los árboles. No podía ser los árboles porque no hacía viento. Enseguida despertó a los demás y también escucharon los ruidos y vieron las sombras que se movían. Recogieron sus sacos con mucho cuidado para no hacer ruido y subieron a la planta superior. Entraron en una habitación que tenía una ventana y se encerraron allí. Estaban muy asustados y al terminar de rodar un ropero hacia la puerta para impedir que aquella cosa entrase, se asomaron a la ventana a ver si lograban ver qué era o que se encontraba en el exterior de la cabaña, pero no vieron nada. Habían pasado un rato, eran las 11:30 h. de la noche y seguían sin ver nada, hasta que oyeron un fuerte disparo muy cerca de ellos. Todos se miraron con caras pálidas del miedo que tenían. Según oyeron el disparo sintieron fuertes golpes en la puerta de la habitación en la que se encontraban. Borja y Carlos sujetaron rápidamente la puerta junto con el ropero par que no entrase. A Judith le entró un ataque de ansiedad y Sofía enseguida le ayudó. Entre tantos golpes fue Sofía la que se percató que aquella cosa que daba golpes estaba gritando algo.-¡Socorro! ¡Ábranme! -. Aquella voz les era familiar. Era Roberto. Cando se dieron cuenta que era él abrieron la puerta. Todos se quedaron asombrados al verlo allí. Él había dicho que se volvía al pueblo, pero al final no los quiso decepcionar. Le preguntaron que si había sido él el del disparo, pero dijo que no. Por eso les había pedido ayuda. Estaba muy asustado. Después de una hora sin movimientos por la zona, intentaron descansar turnándose la guardia. Al amanecer, les despertaron unos pasos que ascendían por las escaleras. Se empezaron a asustar hasta que oyeron la voz del padre de Sofía, que era guardia. En ese momento sintieron una gran liberación. Volvieron al pueblo y juraron no volver a aquel sitio nunca más. El ganador de la apuesta fue Borja, por ser el primero en entrar en la cabaña, y además, él sólo.