Un día en que el sol radiaba como nunca, salió a caminar por las anchas alamedas de la ciudad, iba tarareando una de sus canciones, cuando de pronto siente algo extraño al ver a una mujer acercándose, algo que nunca había sentido por ninguna, era una mujer de estatura media, delgada, la piel blanca, el pelo negro, los ojos verdes y una belleza sin igual. El, solo la miró, no se atrevió a decirle nada, por lo que la mujer solo lo miró. Richard estaba arrepentido de no haberle dicho nada y la fue a buscar por donde vio que se iba. Cuando logro alcanzarla, le afirmó un brazo y sin saber que decir, se quedó paralizado, luego de un instante reaccionó y dijo:
-Hola ¿Qué tal?
-Hola, respondió esta.
-¿Cómo te llamas?, dijo Richard nervioso.
-Soy Magdalena, ¿y tú?
-Yo soy Richard Cold.
-Antes, nunca te había visto por aquí, ¿Eres nueva?, preguntó.
-Si, vengo llegando solo hace unas horas y noche donde alojarme.
Richard sin pensarlo ni un instante dijo quédate en mi casa. Esta esbozo una sonrisa y dijo que lo pensaría, pero Richard insistió porque ya se estaba haciendo tarde, hasta que Magda aceptó.
Este fue el inicio de una bonita relación, todo transcurrió como hubiera transcurrido la relación de cualquier otra pareja. El joven ya había encontrado la inspiración que necesita y las melodías y poemas que hacía ahora eran mucho más hermosos que antes.
Un día que había amanecido nublado, Magdalena sale de casa acompañada de Richard, al salir Magdalena se adelanta danzando por la calle, cuando sin previo aviso un coche a una velocidad impresionante la atropelló. Richard miró horrorizado y se acercó corriendo al cuerpo de su amada, este decía – ¡Magdalena por favor despierta, no me hagas esto!, esta abrió los ojos y dijo – te amo- y murió.
El joven muriendo de pena gritaba en llantos ¡Ten piedad mi Dios!, no le importaba nada, solo ella.
Ya pasado unos días después de la tragedia se hizo el funeral de la joven. Richard estaba más triste que nunca, no hablaba con nadie, solo quería morirse.
Pasados algunos meses Richard seguía triste, su vida había cambiado por completo, ya no quería componer nada, solo pensaba en Magda, ahora casi no comía, se veía mucho más viejo de lo que era, en resumidas cuentas estaba devastado.
Pasado un año después del trágico accidente, Richard retomo la poesía, encontró la inspiración en un bosque cercano.
El día en que pasó un año justo después de la muerte de Magda, el joven se dirigía al bosque. Era un día horrible, estaba nublado, con lluvia, había viento, es decir, mal día.
Al llegar al bosque el ambiente era aún peor, los árboles se movían de una manera rara, el rio cercano sonaba fuerte y horrible. El joven ya estaba llegando al sitio que le gustaba que era cerca de un cementerio. Cuando iba llegando vio a Magda sentada, como esperándolo, este corrió como nunca pero cuando llegó se dio cuenta que solo había sido un reflejo, él estaba solo, antes quería siempre estar con su amada y ahora solo quería soledad. En esos momentos de soledad su cabeza veía a su mujer con él juntos en un día esplendido y con niños jugando alrededor. Al recordar esto hoy se sintió muy mal, tan mal que le empezó a faltar el aire, su corazón se puso a 100 por hora y estaba tiritando, de pronto ve a Magdalena acercarse y lo besa, ahora todo se acabó este al instante después del beso murió.
Al ser encontrado al otro día por la policía, se le hicieron los exámenes correspondientes para saber la causa de la muerte pero no la supieron, quedó como un misterio.
Richard hoy en día se dice que murió de pena y sus obras y música son escuchadas por muchas personas.
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