Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Francisco José Bautista Jorge

NOVELA TENEBROSA

Rayco tenía 13 años y vivía en una casa solitaria rodeada de plataneras. Una estrecha carretera de tierra conducía hasta su casa. No tenía vecinos cercanos por eso era un chico bastante solitario, pues sus únicos amigos eran sus compañeros de clase. Cuando llegaba a su casa después de las clases pasaba mucho tiempo solo o acompañado de personas mayores.

Aquella tarde sonó el teléfono, era su tío Miguel con una mala noticia. Se encontraba en el hospital con su abuelo y la situación era preocupante porque el pobre anciano había sufrido un infarto.

No se plantearon la posibilidad de que Rayco les acompañase, porque ya otras veces se había quedado solo en casa y además pensaron que volverían pronto a casa y no esterarían demasiado tiempo en el hospital.

Rayco se quedo en su cuarto, rodeado de sus cosas. Estuvo un rato haciendo deberes y después encendió la tele. Estaban echando una serie graciosa y estuvo entretenido hasta las diez.

Luego se levanto y se fue a la cocina donde le esperaba el bocadillo y la manzana que le había dejado preparado su madre para cenar.

A las diez y cuarto sonó el teléfono, era su padre diciéndole que se acostara porque tardarían bastante en regresar ya que su abuelo continuaba en urgencias y la cosas ya era preocupante. Estaban esperando que el médico les informase de los resultados de las pruebas que le habían estado haciendo.

Volvió a la sala de estar y de nuevo encendió la tele. Esta vez se quedo viendo una película de miedo pero al rato se aburrió por lo que apago todas las luces y se a costo a dormir.

Llevaba un rato en la cama cuando se despertó de golpe por los ladridos de su perro. Los ladridos continuaban y se levanto de su cama preocupado pero no encendió la luz. Se acercó a la ventana que daba al jardín de su casa donde se encontraba atado su perro ladrando.

Movió la cortina y a la oscuridad vio cerca de la puerta la silueta de una persona. Un escalofrío recorrió su espalda. Le temblaban las piernas y no sabía que hacer.

Unos ruidos de golpes le asustaron todavía más alguien trataba de entrar en su casa y no sabía que hacer.

Los golpes se acercaron, pensó que algún ladrón había visto salir a sus padres y aprovechaba para entrar a robar en su casa.

Muerto de miedo, le temblaba todo el cuerpo y pensaba: ¿Qué puedo hacer? ¿Llamar por teléfono? ¿Y si me oye el ladrón?

Tenía que hacer algo y pensó en huir. Con mucho cuidado salió hacia el pasillo y llego a la cocina. Abrió la ventana que daba a la parte trasera de la casa, y se dispuso a saltar.

Con los nervios olvidó ponerse los zapatos por eso al saltar se hizo daño en la planta de los pies. Tenía frio pues solo llevaba puesto el pijama, iba descalzo y a oscuras, le entraron ganas de llorar.

Sintió a su espalda un golpe; había dejado abierta la ventana y la brisa la había cerrado de un golpe.

¿Y si el ladrón descubría su presencia y salía corriendo detrás de él?

Corrió entre las plataneras tropezando y golpeándose con las tuberías de regar. Al rato se detuvo, estaba perdido, muerto de miedo y de frio, además tenía la boca seca.

No se veía nada, no sabía donde se encontraba y por eso se paró y terminó sentándose en el suelo.

Trató de escuchar el silencio era total solo se oía un suave movimiento de las hojas de las plataneras producido por la brisa. Se tranquilizó un poco, no le había seguido. A lo lejos continuaban sonando los ladridos del perro.

Pasaban los minutos muy lentamente, deseaba que llegase el día. Terminó apoyando su espalda en el tronco de una platanera. Estaba preocupado por su perro y por lo que hicieran en su casa.

No podía saber cuanto tiempo llevaba allí cuando escuchó un ruido que se aproximaba. Enseguida lo identifico, era un ruido familiar.

¡POR FIN!

EL sonido y las luces del 4x4 de su padre que por la carretera de tierra se acercaba a la casa.

Rayco guiado por las luces del coche corrió en dirección a la carretera, tenía que avisar a sus padres. Aunque cayó un par de veces, corrió y corrió hasta salir a su encuentro.

Les salió al paso y su padre pisó el freno en seco. Rayco conto a sus padres lo sucedido. Llamaron a la policía, media hora mas tarde cuando llego la policía les comentaron lo sucedido y todos juntos se aproximaron hasta la casa.

El perro continuaba en su caseta pero ya no ladraba, al contrario movía la cola alegre.

La puerta había sido forzada, encendieron las luces pero no habían señales de robo, todo está en su sitio.

Lo revisaron todo y no faltaba nada. Rayco conto lo ocurrido a la policía. Uno de los agente le dijo que seguramente es que el golpe de la ventana por donde salió haya asustado al ladrón que no esperaba que hubiese nadie en la casa.

Rayco sonrió pensando que el ladrón había pasado tanto miedo como él.



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