Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

La mirada del pintor. Gloria Vega del Pino.

La mirada del pintor.


Era 1625 cuando la victoria de los españoles sobre los holandeses hizo que naciera una historia de amor.

Todo comenzó 12 meses antes, cuando el ejército español se estaba preparando para ir a la batalla de Brenda. El día antes los soldados se despidieron de sus familiares, amigos y conocidos.

De la partida de 300 soldados sin duda el más joven, valiente y lal era Alfredo. Él era de estatura media, cabello castaño claro, ojos grandes y oscuros y un corazón que no le cabía en el pecho. Eso era por varias razones; una de ellas era porque estaba enamorado.

Antes de partir, su amada le hizo prometer que volvería sano y salvo para casarse con ella.

El tiempo transcurría tan despacio que creyeron desesperar. Las primeras ofensivas fueron brutales para ambos bandos y en uno de ellos, Alfredo fue gravemente herido. Pasó cuatro meses en la enfermería pero salió completamente recuperado. En su estancia en la enfermería había visto angustia, tristeza y muerte pero, a pesar de la gravedad de la herida, salió vivo y con fuerzas para cumplir la promesa que seis meses atrás había hecho.

Él sabía perfectamente que le volverían a enviar al frente, así que mandó una carta a su familia, explicándoles lo que le había pasado varios meses atrás, y otra a su prometida diciendo que su promesa seguía en pie.

Diez meses después, en una batalla extremadamente sangrienta los holandeses se rindieron y entregaron la llave de la ciudad como signo de rendición y de sometimiento al bando contrario. Y a los dos meses, Alfredo y algunos de los compañeros que habían sobrevivido, se encontraron de nuevo con sus familias y, por fin, Alfredo pudo cumplir la promesa, a pesar de los obstáculos que la guerra le había puesto por delante.



Tus datos personales, más seguros con Internet Explorer 8. ¡Descárgatelo gratis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario