Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

La vida hace 60 años. Mélani Jordán Reyes. Gran Canaria

LA GENTE

La gente en aquella época era muy laboriosa, en invierno si el tiempo lo permitía, se dedicaban a traer piedra, picarla y hacer sillería que en su día serviría  para las esquinas de la nueva casa, o para arreglar el aprisco donde se guardaba el ganado sobre todo lanar.  En otoño, uno de los trabajos prioritarios consistía en proveerse de leña  para pasar el invierno; se necesitaba mucho, bien fuera para cocer la comida de las personas, o el caldero de los cerdos, ya que normalmente cada vecino tenía uno o dos, que se habían comprado en agosto, con el fin de hacer la matanza en Navidades, por este motivo las chimeneas  estaban echando humo desde el amanecer hasta altas horas de la noche.

VESTIMENTA

Para trabajar en el campo incluso por la casa,  los hombres llevaban pantalón y chaqueta de pana, y como prenda de abrigo en invierno, el famoso "capote" fabricado en los telares de la comarca; de tela muy tosca pero muy resistente al frío y al agua, les llegaba más abajo de las rodillas, con una pequeña abertura en el parte inferior, con el fin de poder andar sueltamente e incluso corre., Las mangas eran abiertas, muy prácticas para movimiento de los brazo y para cubrir la cabeza en caso de mal tiempo, la capucha correspondiente.
        El calzado consistía en los "piugos" semejantes a calcetines, ésos si que eran de  pura lana virgen procedentes de las  ovejas propias, y que las mujeres, sobretodo en invierno, además de criar los hijos y hacer la comida para la familia, se dedicaban una vez lavada la lana, a cardar, hilar y seguidamente mediante unas agujas especiales, a confeccionar estos toscos calcetines llamados  "piugos". Si el tiempo era malo, con nieve, barro o lluvia, se colocaban como defensa de esta primera prenda, unos  "piales " procedentes de piel de cordero de los que se morían  a los pocos días de nacer, ellos mismos lo curtían, y aquellos que se los sabían poner bien, una  vez puestas y apretadas las  "abarcas " con sus correspondientes correas, el susodicho calzado, podía hacer competencia  para el fin que estamos tratando,  al mejor calzado de la época.
  Las mujeres casadas  e incluso muchas mozas, vestían  "saya" larga hasta más abajo de las rodillas, y que ellas mismas se lo confeccionaban procedentes de sus ovejas, de medio cuerpo arriba,  la "chambra" abotonada hasta el cuello, las medias de lana un poco más finas que los  "piugos",  el calzado que usaban lo más corriente, eran las "abarcas" semejantes a las de los hombres.

 

 

 

 

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