Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Al volver la esquina. Haydee F.G. Gran Canaria

En un pequeño pueblo de Buenos Aires vivía una niña con su madre y su padre. Su padre era médico y por asuntos de trabajo tuvo que viajar a Londres.

En Bueno Aires lo dejó todo y se marchó muy triste. Al llegar a Londres se instalaron en una casa rural que era muy grande lo que quedaba un poco apartado de todo lo demás aunque había también otras pequeñas casas situadas cerca de ella.

A María le gustaba mucho salir y caminar y pasar las horas entretenida con la naturaleza.

Un día hacía un Sol estupendo y decidió salir a dar una vuelta con su bicicleta. María iba muy entretenida cuando de repente tropezó con una piedra. Ella se callo y sus gafas se echaron a rodar un poco lejos de ella. Para María todo paso muy rápido pero levantó la vista y vio a un apuesto joven que le estaba dando sus gafas.

Ella se quedó atónita y no sabía que hacer. Enseguida cojió las gafas y le dio las gracias mientras iba observando todas sus fracciones.

Mantuvieron una charla muy amena. El le dijo que su nombre era Carlos y era de una de las casas que estaban al lado de la suya.

El le dijo que vivían pocas personas jóvenes por allí pero ya que ellos eran de la misma edad el se ofrecía a ser su guía e integrarla un poco en la cultura para que se le hiciera más fácil todo e incluso ir al instituto.

Carlos cumplió con su palabra y el primer día de clase de María el la fue a buscar y la llevó hasta donde cojían el autobús y después siguieron juntos.

Al llegar se separaron y cada cual fue a su clase y a la salida Carlos esperaba a María para volver a casa.

Cundo llegaron el la despidió en una esquina de la granja que queda cerca de la casa de ambos y se despidieron.

Así transcurrieron los días el muchacho la esperaba y después la despedía en la granja.

Fueron pasando los días y María se dio cuenta de que estaba empezando a sentir algo por aquel alegre muchacho. Ella decidió contárselo y el le dijo que ese sentimiento era muto y decidieron hacer sus sueños realidad.

Carlos y María empezaron ya a verse con otros ojos que no eran los de amigos y aquellas despedidas en la granja ya eran más duraderas donde los muchachos se contaban sus sentimientos.

Así transcurrió toda la historia donde todo parecía ser sacado de un libro de princesa pero todo no podía ser tan especial.

Cuando los padres de ella se enteraron le dijeron que no podía seguir con esa relación ya que el era un pobre campesino y sus padres tenían mala fama.

La niña corrió enseguida en busca de su amor y efectivamente se lo encontró allí al volver la esquina en la pequeña granja.

Hablaron y María le contó todo. Carlos le dijo que eso no era cierto que sus padres eran pobres pero personas muy sinceras e incapaces de hacer algo incorrecto.

María estaba muy triste y paso una semana donde no hablaba con nadie solo se veía a escondidas con su amor.

Carlos un día le dijo que hablará con sus padres que le dijera que la clase social no importaba en el amor pero los padres de María no le hicieron caso y le prohibieron seguir viendo aquel muchacho.

A pesar de toda prohibición María y Carlos se siguieron viendo en aquella granja al volver la esquina.

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