En la madrugada. Amanda Melián Santana. Gran Canaria

En la madrugada

Pasaba las horas muertas, mirando fijamente a la nada, con la mente en otra parte. Siempre se podía mantener ocupada, haciendo todo tipo de cosas, pero cuando caía la noche, todo cambiaba. Esa sonrisa que mostraba a todo el mundo se desvanecía como la niebla, sin dejar rastro. Sus ojos se cristalizaban su rostro perdía todo su brillo, se apagaba de golpe. Se sumía en la oscuridad de sí misma, se encerraba por completo, no quería saber nada de nadie, solo quería quedarse así, por siempre. Intento buscar ayuda pues ya no le parecía esa situación, situación que él había provocado antes de herirla y dejarla sola, sin protección alguna, protección que ella extrañaba cada noche en su cama, en su casa, en todo lugar que ella pisaba.
Todas y cada una de las noches, se sentaba en la cómoda que se colocaba en frente del gran ventanal y veía como los coches iban y venían, aunque realmente, lo que ella esperaba ver, era su regreso, regreso que nunca llegó y que ella esperaba en la madrugada de cada día.