Una noche Xavier estaba bailando en la disco cuando vio una bella joven de cabello extenso de color caoba, brillante como el Sol. Su piel era pálida y a través del maquillaje se transparentaban algunas pecas.
Xavier, envuelto en su belleza, se abrió paso en la pista hasta encontrarse con sus ojos. En su mente pronunció -hola guapa- pero de sus labios no salió más que un suspiro.
La chica se sintió atraída por él. Un problema surgió, tenía novio y apareció en la escena con un par de copas. Xavier desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Con mera frustración decidió marcharse.
Él había visto mujeres hermosas pero aquella señorita era un tanto peculiar. Solamente pensaba en besarla, aunque intentó olvidar pero jamás pudo.
No dudó en buscarla y confesarle su amor por ella, pero nunca la encontró.
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