En una mañana soleada a las once en punto, Carla una chica de dieciséis años despertó con el sonido de su móvil. Su novio Fernando le había enviado un bonito y cariñoso mensaje de buenos días. Carla y Fernando eran una pareja de adolescentes que llevaban juntos cuatro años. Pese a la edad que tenían, para el asombro de los que les rodeaban, eran muy maduros y sabían llevar la relación.
Como era normal en un fin de semana, Carla, después de responder el mensaje; se levantó y recogió su habitación, se ducho y se vistió. Mientras, la madre preparaba la comida, ya que Fernando llegaría a la casa sobre las dos del mediodía. A las dos en punto tocaron el timbre de la puerta y Carla bajo corriendo las escaleras. Era él. Se abrazaron más fuerte que nunca y se besaron como si ese fuese el último día que estaban juntos. Tenía una explicación, cumplían cuatro años juntos y lo más bonito era que su relación seguía siendo como al principio, basada en el cariño y la confianza. Fernando, después de saludar a Carla, se dirigió a la cocina y saludo a la madre de ella con un abrazo. La madre les dio las felicidades y se fueron a la habitación de Carla a esperar a que la comida se hiciera. Se acostaron en la cama y Carla dijo: - Hoy es un día muy especial, y te tengo el mejor regalo - . A lo que él respondió: - Dijimos que nada de regalos, solo tú y yo. Ella se rió y le beso. Pasado un rato fueron a comer, y al terminar descansaron para poder salir juntos por la noche.
Eran las nueve de la noche y estaban solos en casa de Carla ya que sus padres habían salido. Fernando le dijo: - No quiero salir, prefiero quedarme aquí contigo - . Ella sonrió y dijo: - lo sé, este es nuestro momento - . Él apago las luces y encendió una vela. Se abrazaron y se besaron. Ese era el mejor regalo, ellos dos ; bajo la luz de una vela.
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