Ayer, mientras miraba por la ventana de mi habitación, recordaba la lección de Cultura Clásica.
Ya hacía dos años que no la estudiaba, pero recordé la fe de los griegos y romanos por sus dioses tan divinos.
Como dios de dioses olímpicos Zeus encarnaba defectos humanos, entre ellos su gran lista de amores.
De su larga carrera amorosa no podía dejar de pensar en su descendencia, más concretamente de Minerva; diosa de la sabiduría, artes y oficios, y de las historia en las guerras. Sin duda mi diosa favorita y más por su nacimiento tan extraño: nació de la cabeza de Zeus que se había comido a su prima Metis (la prudencia) que estaba en cinta.
Cuando volví observar la calle desde mi ventana, vi una lechuza en un olivo cercano a mi casa, que se convirtió en una mujer de hermosura extrema con casco y escudo.
¡Minerva! Hoy e pregunto … ¿ y si fuera verdad lo que vi?
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