Era un día normal, para mí uno como otro cualquiera. Me levanté con lágrimas en las mejillas. Había soñado que mi hermano se ponía enfermo y moría; más bien fue una pesadilla. La mañana estaba oscura, las nubes grises tapaban el sol y hacía frío. Tenía una sensación tan extraña.
Me levanté de la cama y observe que no había nadie en mi casa. Estaba sola. Llamé a mi madre a su móvil para saber dónde estaban, pero no lo cogía. ¿Y si fuera verdad? , ¿Y si mi hermano estuviese realmente mal? Me pasé toda la mañana histérica.
Cuando llegaron todos bien a mi casa, incluido mi hermano, me di cuenta de que había sido una pesadilla. Todos se rieron de mí.
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