EN LA NIEBLA:
Recuerdo aquella tarde, a finales verano, cuando estábamos en un barco, el día estaba soleado, el mar en calma. De esos días que te invitan a pasarlo en alta mar con un grupo de amigos, pero cuando regresábamos, observamos que una nube gigante nos rodeaba, poco a poco se fue extendiendo por todo nuestro alrededor, hasta que no se veía nada, teniendo que parar motores y tirar el ancla pues no sabíamos a donde nos dirigíamos. Cuando no veíamos absolutamente nada, intentamos pedir ayuda por la radio pero no servía, no había señal. Estuvimos esperando horas pero la niebla era cada vez más oscura, pero como si saliera de la nada vimos un barco gigante que navegaba a una gran velocidad, enseguida notamos que este no era un barco cualquiera, no llevaba tripulantes, el barco iba solo… después de que el barco pasara notamos como la niebla se fue aclarando y nos dimos cuenta que con ello aclaraba el día, habíamos estado en el barco toda una tarde y una noche sin darnos cuenta.
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