Siempre que veo algo relacionado con lo que sucedió me dan ganas de gritar, me dan ganas de gritarlo, que se entere todo el mundo, que sepa ya toda la verdad. Ya me cansé, aguanté lo inaguantable, me callé todo lo que podía y más, ¿Y para qué?, para salvarte a ti, para que no salieras perjudicado, para que a ninguno de los dos nos afectara. Me ilusionabas, me decías las cosas más bonitas que jamás me había dicho, por una vez, hacías que me sintiera especial, única en el mundo, de todos era yo la que destacaba. Más tarde descubrí, el porqué de ese comportamiento, tú comportamiento. Solo lo hacías para asegurarte de que mantuviera la boca cerrada, que de mis labios no salieran más que palabras ahogadas.
Lo peor de todo es que aguanté, resistí cada impulso, tenía ganas de gritarte, de pegarte, tenía ganas de que desaparecieras, pero de lo que más, de soltárselo a alguien y quedarme tranquila. Con el tiempo, lo solté, sí, lo hice, rompí con ese supuesto pacto de palabras dulces con el que me encandilabas, pero se lo dije a una persona que tanto tú como yo, conocemos demasiado bien.
Esa persona, prometió no contarlo, es más a día de hoy sigue guardándolo, y al igual que yo, quiere soltarlo. Pasado cierto tiempo descubrí más cosas de las que me imaginaba, todo esto, este espectáculo de circo fue por ella, por otra de la cual no sabía nada, apareció al compás de chasquido de dedos, magia, pura, asombrosa y asquerosa magia.
Al principio eran rumores, rumores sin fundamento sobre esa persona, tu lo negabas, una, y otra, y otra, y otra vez, nunca te cansabas de decir lo mismo. Lo único que podría decir ahora es, lo estúpida que me sentí, estúpida por haberte creído, ayudado, consolado..porque al final, todo lo que tu negabas, catalogabas de mentira, para tu suerte, para mi desgracia, se hizo realidad.
Como última noticia te diré, si es que llegas a leer esto, que por orgullo, no lo diré. No lo diré, por que a diferencia de ti, jamás te haré daño, jamás te engañaré, jamás haré que te sientas utilizado, jamás haré que te sientas mal por algo que yo haya dicho y jamás me ganaré tu odio. Las historias vienen, se van, empiezan, acaban, nunca sabes que te deparará el futuro, pero lo que sí sé es que todo, sea lo que sea, bueno, malo, regular, sucede por una razón.
Pero qué más da, si total...es un secreto…
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