Juan y María llevaban toda la semana haciendo planes para irse de camping. Entonces quedaron en ir el fin de semana dependiendo de cómo estuviera el tiempo. El tiempo de las noticias decía que iba a estar soleado todo el fin de semana por lo que quedaron en ir desde temprano. El viernes por la tarde fueron al supermercado y compraron la comida y todo lo que hacía falta para ir de camping. Cuando volvían en el coche de Juan, oyeron unos ruidos espantosos que provenían del cielo, eran truenos. Quedaron en que si el día por la mañana estaba mejor Juan iba a buscar a maría a su casa.
Llego el sábado y como decían las noticias el día estaba totalmente despejado, cuando se despertó Juan, preparo todo y fue a buscar a María.
A las 8 y media de la mañana iban de camino a Veneguera, cuando llegaron se instalaron, prepararon la caseta de campaña, comieron y dieron un pateo por el barranco.
Al llegar el atardecer, volvieron y se sentaron a los pies de un flanboyllan a charlar y a recordar viejos tiempos. Estuvieron allí hasta que se oscureció el día, se metieron en la caseta de campaña y se acostaron a dormir.
A media noche el cielo empezó a rugir, Juan y María se despertaron pero se quedaron dentro de la caseta por si acaso caía alguno cerca. A la mañana siguiente el tiempo se haya calmado, salieron de la caseta y vieron que el árbol en el que habían estado sentados esa noche le había caído un relámpago y lo haya partido por la mitad.
Juan y María nunca se olvidan de ese día.
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