Cuando suene el teléfono. Cristina López Medina.

Había tenido una mañana muy agitada. Me había levantado tarde y para colmo, como no me daba tiempo, fui al instituto sin desayunar. Mi padre me llevo en su coche y justo cuando llegué sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases. Sabía que esta mañana me había salido todo mal porque estaba nerviosa por llegar ya del instituto. No había tocado ni el césped de la entrada, y ya me quería ir para sentarme en el sillón de casa, y esperar junto al teléfono, la llamada que cambiaría mi vida para siempre. Las clases se me hicieron eternas, pero al fin llegó la hora de irse a casa. Legué corriendo y cogiendo aire, entre en casa. Me serví la comida que mi madre había dejado echa antes de irse al trabajo, me senté frente al teléfono y esperé a que sonara. "Cuando suene el teléfono va a cambiar mi vida por completo" -pensé.  De repente, sonó. Estaba admitida en la universidad de Londres.