Maldito viernes
Era el último día de clase en el conservatorio antes de nuestra graduación, que sería a la semana siguiente después del proyecto de fin de carrera. Todos estábamos deseando graduarnos, ya que la gran mayoría pensábamos que teníamos todo aprobado y que después de diez años metidos allí dentro nos había servido de algo. Es verdad que yo este último año me había dejado ir un poco, pero no tanto como para suspender.
El viernes antes de la graduación separaron a los que se graduarían de los que no, desgraciadamente yo era una de esas, ya que la nota media me salía un cuatro con cinco, pero mi profesor de tan estricto que era, era hasta tacaño con las notas, así que fue el maldito viernes el que fastidió mi futuro y tuve que cursar otro año, por culpa de don Francisco.
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