-Cuando Suene el Teléfono-
Era domingo, tenía una sensación muy rara. El día anterior había sido mi cumpleaños. Me puse a rememorarlo desde el principio. Llevaba toda la mañana nerviosa preparando la casa y, por supuesto, a mi misma. Dejándolo todo listo, me fui a la ducha. Cuando llegaron mis amigos me pillaron con la toalla liada a la cabeza, y nunca mejor dicho, pues acababa de salir de la ducha y aún no me había vestido, porque necesitaba que mi mejor amiga me dijera cual de los conjuntos ponerme. Salimos a jugar a las cartas con los chiquillos, mientras esperábamos a que llegaran todos. Cuando llegó mi novio estaba raro, todo el día estuvo raro. Decidí pasar, para que no me arruinara el cumpleaños. Volví de mis recuerdos y supe que estaba rara por el mosqueo con mi novio. A sí que, cuando suene el teléfono si es él no lo cojo.
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