Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

El Citopeco. Cristina López Medina.

Hoy era un día de clase como otro cualquiera. Salí de casa sin ganas de ir al instituto. Mi padre me esperaba en el coche para llevarme y sólo tardamos cinco minutos en llegar. Allí me despedí de mi padre, y entré en el instituto. De repente, Finn, mi mejor amigo, me sacó de mis pensamientos. Me dijo que fuéramos a un nuevo restaurante que habían abierto la semana pasada. Yo dudé porque no tenía muchas ganas de salir justamente ese día. Aunque fuera viernes, tenía mucho sueño y quería pasarme toda la tarde en casa.. Después de una larga mañana de insistencias por parte de Finn y mis amigas, decidí ir aunque no tuviera ganas. Cuando se acabaron las clases, me fui a casa y comí. Luego fui a mi habitación y me puse a buscar que ponerme para esa noche. A las seis de la tarde, ya tenía la ropa preparada y me duché. A las ocho estaba duchada vestida y arreglada. Mis amigas vinieron a mi casa a buscarme y salí con ellas. El restaurante no estaba muy lejos porque sólo estuvimos caminando por espacio de diez minutos. Cuando llegamos vimos a Finn en la puerta del restaurante. Me fijé que en el luminoso del restaurante se podía leer el nombre de "El Citopeco". Yo me quedé pensando en qué podría significar ese nombre. Se lo pregunté a Finn y me dijo que no tenía idea de qué podría significar.
Esa noche me lo pasé realmente genial. Estuvimos toda la noche entre risas y conversaciones bastante interesantes. Y desde ese día, cuando salimos a cenar, siempre vamos a "El Citopeco".

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