Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Justo encima de mí.Daysi Pérez Ortiz.

El umbral que separa la vida de la muerte como luis. Este hombre de dieciocho años sufría una enfermedad de corazón que en tres ocasiones estuvo a punto de acabar con él. No le importaba. Él seguía adelante, con su familia y con los amigos a los que daba consejos sentimentales. Confesándoles lo cerca que había estado de morir todas esas veces y cómo eso había afectado su percepción de la vida. Y, en un giro trágico , murió pocos días después, precisamente en Nochebuena.

Hola, soy luis. He tenido mal el corazón toda mi vida. Es una enfermedad muy seria y muy peligrosa. Me di cuenta cuando me fui haciendo mayor. Me ha dado mucho miedo y yo odio esa sensación. Me ha impedido practicar los deportes que le gustan a mis amigos. Da un poco de rabia haberme perdido esa parte de mi vida. Lo que de verdad esperaba era ser como todos los demás. Pero es algo con lo que he aprendido a vivir y a aceptar."

"La primera vez que engañé a la muerte, tenía cuatro años. Tuve un ataque mortal. Da miedo, ¿eh? Mi nivel de glucosa descendió a 14. No recuerdo mucho de ese día. Sólo una cosa que jamás olvidaré: me estaban llevando en silla de ruedas por un pasillo, eran unas dos enfermeras, y mi madre iba a mi lado. Y vi una luz brillante justo encima de mi cabeza."

Le dije a mi madre: "mira la luz brillante", y señalé al techo. Dijo que no veía nada. No había ninguna luz en el pasillo. No podía dejar de mirarlo de lo bonito que era. Me sentía como si no tuviera ninguna preocupación, como si nada en el mundo tuviera importancia. Y no paré de sonreír. NUNCA olvidaré como me sentí ese día.

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