Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Recortamos juntos. GDC. EML. IHR. Grupo: Las Pin y Pon.

Por un pintalabios
El verano se presentaba movidito, había mucho turismo en el sur de Gran Canaria y los días soleados invitaban a estar tirados en la playa como lagartos. El propio Paulino Rivero había ideado un plan para atraer a los visitantes foráneos con parte del presupuesto del Fondo Social Europeo. Desde que conoció a Belén Esteban en FITUR el año pasado, había estado barajando la idea de invitarla a pasar unos días junto a Andreíta en el hotel Riu Waikiki de Playa del Inglés para así atraer al turismo más exquisito.
Belén no pudo rechazar la oferta y, además de a su hija Andrea, se trajo a su marido Fran. Todo parecía idílico hasta que Belén, caminando por la piscina, encontró un gato negro encima de su hamaca. Numerosos presagios negativos pasaron por su cabeza, mientras observaba cómo el gato se revolcaba en su toalla de La Sirenita.
En efecto, la cadena de desdichas comenzó en ese mismo instante. La Esteban había conseguido espantar al gato pero más feroces eran los felinos que se encontraban escondidos detrás de un arbusto para fotografiarla en bikini. Alterada y con altos niveles de azúcar en sangre, cogió su Iphone 4 y le mandó un whatsapp a Paulinito, que en ese momento se encontraba con los jeques árabes para hablar de la posibilidad de montarse un harén típico canario, para comentarle lo sucedido. Rivero echó a todos los fotógrafos del hotel y Belén se quedó más tranquila tras su chute de insulina.
Mientras tanto, Fran había decidido investigar más allá de las paredes del Waikiki Bar y así acabó en la playa donde conoció a Teri, una suculenta gobernanta de hotel que le había picado el ojo nada más llegar. Pasaron la tarde caminando entre las dunas de Maspalomas, pero pronto anocheció y Fran tenía que regresar. Olvidó que había quedado con Belén para "amortizar el todo incluido" en el bufet. Apresuradamente, se dirigió al comedor donde lo esperaba su querida esposa con cara de impaciencia. Las prisas hicieron que Fran no se cambiara de ropa y, mientras se servían una doble ración de lasaña precocinada, Belén divisó una mancha roja de pintalabios en el cuello de la camiseta de su marido. Enfurecida, mandó a Andreíta a por una ración de tarta y, sin pensárselo dos veces y ante la mirada atónita de la pareja de recién casados que estaban sentados a su derecha, le lanzó con gran ímpetu tal apetitoso manjar.
Al día siguiente, sorprendentemente, el hotel ocupó todas sus habitaciones, por lo que el deseo de Paulino se hizo realidad. ¿Serían turistas o periodistas del corazón?

No hay comentarios:

Publicar un comentario