El verano pasado decidí apuntarme en un curso de submarinismo.
Lo primero que te enseñan son las normas de seguridad que hay que tener en cuenta para evitar cualquier riesgo relacionado con la falta de oxigeno, pues al mínimo descuido pueden ocurrir graves accidentes.
Antes de ponerse el equipo hay que revisar la carga de aire de la bombona, la boquilla del aire, el marcador para ver si está en buen estado; otra cosa muy importante son las señales manuales que debemos hacer en caso de emergencia o falta de aire.
Después el siguiente paso es meterse en el agua, aproximadamente podías estar bajo el agua tres cuartos de hora.
Durante las dos semanas que dura el curso, hicimos inmersiones en diferentes fondos y profundidades, cada vez más largas y atrayentes, llegando a veces a olvidarte de que tenías un tiempo límite de aire.
En una de esas veces fue tanta la abstracción, que se me agoto el aire de la botella y cuando me dispuse a subir, me di cuenta que estaba a demasiada profundidad. La monitora rápidamente se dio cuenta y me saco a la superficie.
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