Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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No lo soñé. Guillermo González Almeida. Gran Canaria

No lo soñé

 

Hace ya unos años, estaba leyendo un libro fantástico el cual te llevaba a sumergirte a un mundo imaginario precioso, se llamaba Norgniartt, había de todo lo que te puedas imaginar, desde animales mitológicos a unos paisajes hermosos. Al leer dicho libro me encontraba muy bien, disfrutaba de lo que leía. La historia era extraordinaria, por lo que al irme a la cama y cerrar los ojos, lo primero que vi fue al protagonista del libro, Robin. Me pidió ayuda tenía que encontrar una espada mágica en un monte perdido, muy lejos del valle, contó que era de urgente necesidad para salvar a su aldea. Yo sabía de lo que me hablaba pero me quedé de piedra. Me impactó mucho estar en ese lugar que tantas veces había soñado, pero parecía muy real. Robin volvió a pedirme ayuda, esta vez si le contesté – Voy a ayudarte- le dije, vi en su cara una expresión muy peculiar, como que ya sabía mi respuesta.

 

Partimos en busca de la espada, Robin detalló un poco que era lo que sucedía el por qué la necesitaba, me contó que le habían avisado unos aliados suyos que iban a atacar su aldea un ejército controlado por el mago Severus, yo sabía quien era, era el peor ser que había en todo Norgniartt, era malvado saqueaba  aldeas y asesinaba a todo el que se cruzara en su camino, además era muy poderoso controlaba todo con su bastón mágico. Cuando Robin me contó la historia no me sorprendí ya que me la había leído. El problema iba a ser el siguiente, cuando atravesamos el valle nos encontramos con un par de centinelas de Severus, vigilaban la zona. Robin enojado, porque vio que los centinelas se estaban divirtiendo pegando a un indefenso crío fue en su ayuda, provocó una revuelta, entre diez y veinte guerreros contra Robin. Yo me dispuse a usar el arco, que me dio por el camino, así acabamos con ellos.

 

Nos fuimos rápido de allí, no queríamos que vinieran más soldados, llegamos al monte al cabo de dos o tres días de largas caminatas y muchas peleas contra guerreros de Severus, y animales para poder comer. Cuando nos situábamos enfrente de la puerta, tanto Robin como yo estábamos nerviosos, abrimos las puertas y entramos. Había un laberinto muy difícil con diversas trampas, menos mal que llevábamos comida porque estuvimos como dos días en el dichoso laberinto. Al salir vimos la espada, Robin corrió para cogerla cuando la tuvo en sus manos se activó una trampa por lo que tuvimos que salir corriendo de ese lugar. Estábamos muy cansados por lo que dormimos en una cueva cercana, cuando me desperté aparecí en mi casa. Juraría que no lo soñé que era real, pero me equivoqué.

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