Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Bajo la luz de una vela, Judith Moreno Moreno, Gran Canaria.

            Una noche de inspiración, un escritor llamado Éric decidió empuñar la pluma después de haber pasado varios meses de sequía en su mente, y bajo la luz de una vela comenzó a escribir, pues ya se acercaba la navidad y era su época favorita del año, ya que iba a visitar a su familia que vivía en Madrid y él en Dublín.
      Acabado su relato y recordando que en unas semanas sería navidad fue a sacar un billete de avión para dentro de dos días. Preparadas ya las maletas, cogió un taxi rumbo al aeropuerto. Tras la espera de una hora, el avión despegó y estuvo en Madrid antes de lo esperado.
      Saliendo del aeropuerto su madre y su hermano con su mujer y sus dos hijos lo estaban esperando. Éste era el primer invierno que pasaban sin su padre.
      Después de lágrimas de felicidad y emoción fueron a casa a descargar el equipaje seguido de una cena en el mismo restaurante de años anteriores, ya era tradición familiar.
      Tras la cena fueron a casa de su hermana todos para ver alguna película de época y así despertar el espíritu de la navidad. Jugaron a juegos de mesa, contaron como las había ido el año y rieron en familia. 
      Al final de la noche cada uno fue a su casa y de camino, Éric se encontró a una antigua amiga de infancia que como es de esperar hacía años que no veía. Su amiga Anelise lo invitó a tomar una copa y charlar sobre sus vidas. Éric y Anelise lo pasaron muy bien, tanto, que Éric según llegó a casa encendió una vela en su cuarto y empezó a escribir unas líneas dedicadas a Anelise, y pensó que serían en vano ya que ella le contó que desde hacía unos meses tenía pareja. Éric terminó escribiendo lo frustrado que estaba, porque aquella chica que tantos años hacía que no veia y fue su gran amiga, se ha convertido en el único pensamiento de su cabeza.
      La víspera de navidad por la noche, Éric invitó a Anelise a pasar las fiestas con su familia, a lo que ella aceptó. Pasaron una noche magnífica bailando y cantando con la familia. Éric pidió a Anelise que se quedara a dormir que al siguiente día le esperaría una sorpresa, la muchacha vaciló un poco antes de aceptar porque aún no lo tenía muy claro.
      La mañana de navidad fue perfecta, y Éric cumplió su palabra, pues debajo del árbol había un regalo para Anelise. Ésta lo abrió y encontró un cachorro de chihuahua blanco y negro precioso, ella emocionada le dio un beso en la mejilla y un abrazo a Éric, y pensó que debía hablar con su novio.
      Sin decir nada se marchó dejando el cachorro en el salón. Fue a la oficina de su novio y le dijo que había estado quedando con un amigo de la infancia y se había enamorado  de él. Llevándose por impulsos, Anelise volvió a la casa de Éric y se disculpó por lo ocurrido, y le contó lo sucedido, entonces Éric le dio un beso en los labios y le dijo que aún no podía creerse que después de tantos años de amistad y de olvidarse el uno del otro trminaran tan bien. Después de éste día Éric no volvió a Dublín, porque su inspiración la tenía delante de sus ojos, y cada noche a la luz de una vela le escribía unas líneas a Anelise y escribió cuentos años después a sus hijos.

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