Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!
 
    
 El chico de la bufanda roja
 
Como cada mañana me dirijo a mi puesto de trabajo en la capital de Madrid que para llegar a él tengo que trasladarme en metro. Siempre acostumbro a sentarme en el último vagón del metro, hasta que llegó el día en que mi sitio estaba ocupado por un chico con una bufanda color roja y me puse de muy mal humor, ya que inconcientemente pensaba que ese sitio era mío porque durante tantos años cogiendo el metro siempre me sentaba allí. Ese misterioso chico se dio cuenta de que me quedé sorprendida mirándole, pero yo continué caminado y ocupé otro asiento.
Lo mismo sucedió a la mañana siguiente, hasta que un día me propuse tener valor y romper el hielo, solo por interés. Pero más me sorprendió cuando me habló el a mí. Tímidamente me dijo que se llamaba Raúl y que era nuevo en la cuidad, sinceramente yo no le prestaba atención a lo que me decía solo se me iban los ojos a mi asiento tan acogedor que años atrás ocupé. Día tras día manteníamos conversación y ahí fué cuando me demostró que era un chico sencillo, culto y sincero, sin darme cuenta me fue enredando en su encanto y deseaba que amaneciera para poder verlo al final del vagón. En esos minutos que compartía con él se me olvidaban todos mis problemas hasta el punto que olvidaba que me dirigía a mi trabajo. Cada día me levantaba más y más ilusionada pensando de qué hablaríamos, cómo me sonreiría al verme, cómo se quedaría su rostro al escuchar mi voz…
Pero una mañana el cielo estaba oscuro y triste presentía que algo malo me deparaba y mis intuiciones eran ciertas pues en el metro en el último vagón no estaba él, nerviosa me dirigí buscándolo por todo el metro pero nunca apareció. Pasados los años sigo buscándolo y dirigiéndo mi mirada al asiento donde compartí en su día muchos momentos inolvidables.

 

 



¡Nuevo MSN Entretenimiento! Todos los trailers, series de tv y videoclips, los mejores juegos online y lo último sobre tus estrellas favoritas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario