Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Ayeesha Menzoza Garcia . Lo vi en el metro . La Gaza (GC)

En el mes de Diciembre los días son muy fríos y mas aun en el lugar donde yo vivía. Vivía en los Alpes, en lo alto de una montaña. Mi abuelo era un hombre de alta edad pero muy vigoroso y muy fuerte, yo era apenas una niña de diez años, muy alegre. Éramos muy felices allá riba con los animales y mi amigo Pedro que venia a verme todos los días. Pero un día mi boletos Shelma vino a traer unos noticias muy desgraciadas para mi y mi abuelo. Ella me quería llevar a la casa donde trabajaba para que conociera a la hija de los dueños ya que ella era hija única y se sentía muy sola porque no podía salir de la casa. Desgraciada yo, que nunca había salido del pueblo y tampoco quería hacerlo, pobre mi abuelo que se iba a quedar solo, pobre Pedro que ya no volvería a ver.
Mi tía convenció a mi abuelo y el pensó que era lo mejor para mi. Me vino a buscar al día siguiente, llego el momento de las despedidas y estaba muy triste. Me marche de allí muy decepcionada.
Para llegar a la casa donde trabajaba mi tía había que coger algunos transportes y entre ellos estaba el metro. Cuando llegamos a la estación aquello era enorme estaba lleno de gente cada uno a lo suyo. Mi tía compro los boletos y nos sentamos en un banco a esperar.
Había mucha gente y el barullo era inmenso. D repente alce la vista para observar y no podía creérmelo lo que estaba viendo. Era mi amigo Pedro que había venido a despedirse de mi y a traerme unos panecillos de leche y un poco de queso. Me levante corriendo y fui hacia el a darle un fuerte abrazo, nos quedamos mirándonos y con las lagrimillas en los ojos. Mi tía me estaba llamando porque el tren estaba llegando y nos teníamos que ir. Le di un fuerte abrazo y me despedí de el. Me pase todo el camino recordando lo que había visto en el metro. La casa a la que me llevo mi tía era muy bonita y la gente era muy amable pero nada tan maravilloso como el lugar donde vivía. En las vacaciones aprovechaba para ir a visitar a mi abuelo y a Pedro y algunas veces iba con Clara mi mejor amiga.


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