Material de partida:
- Unas mujeres de una tribu africana cosiendo.
- Una montaña de libros antiguos.
- Una pareja.
- Una playa rodeada de bosque.
- Un grupo de personas con banderas de China.
Una pareja de jóvenes emprende un viaje a África con el deseo de vivir en primera persona una cultura tan diferente a la nuestra como la que vive el pueblo Maasai. Las mujeres y niñas de esta tribu se dedican a fabricar sandalias, zapatos y bolsos con cuero y semillas para ganarse la vida.
A Marta, que es maestra, le duele ver como las niñas trabajan de sol a sol, en un tiempo que deberían dedicar a la escuela y a los libros. Sin embargo los libros en este poblado solo cojen polvo en un lugar que tiene cierto parecido a una biblioteca y no existe escuela, porque en el lugar destinado para ella China ha creado la fabrica donde trabajan madres e hijas maasai. Carlos, por otro lado queda atónito al pensar que al otro lado del mundo la comunidad China proclama a los cuatro vientos ser la primera potencia mundial y además de ello piensa seguir expandiendose por África.
¿Realmente África se está beneficiando de este negocio?, ¿qué ganan sus gentes con esto?, quizás habría que pensar en lo que pierden esas niñas. Marta y Carlos no lo tienen claro después de todo lo que han podido ver, pero lo que si tienen claro es que el viaje les ha servido para contemplar la vida desde otra perspectiva y como no disfrutar del paisaje arido y llano tan distinto al verde y montañoso de su hogar, la bahía de White Park en Irlanda.
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