Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Ese extraño vecino del quinto. Samuel Ojeda Ojeda. Gran Canaria.

Buenos días, mi nombre es Miguel y soy estudiante de Matemáticas en una prestigiosa universidad de Berlín. Originariamente soy de las afueras de las ciudad, pero he tenido que mudarme al centro por las oportunidades que esta universidad me brinda, tales como  mejor preparación y mayor probabilidad de poder encontrar un trabajo.

El caso es que, desde hace unos meses vivo, yo sólo, en un apartamento de un edificio de no más de cinco plantas, donde aprovecho dicha soledad para concentrarme en mis estudios.

No obstante, a veces me es difícil centrarme en lo que estoy haciendo, es decir, no puedo estudiar a gusto. Y es que, cuando a punto a punto estoy de aprenderme la lección, un molesto zumbido procedente del quinto piso, justo el que está encima de mí, se mete en mi cabeza y me atormenta. Un zumbido y luego un grito, profundo y desgarrador.

Las únicas veces que me he topado con mi vecino del quinto no han sido precisamente agradables. Recuerdo que entré al ascensor y allí estaba él, en una esquina, con la mirada clavada en el suelo. Medía no más de metro y medio, y lucía una gran barba que había sido teñido de blanco con el paso del tiempo. Dijo algo que no pude entender, pues estaba inmerso en mis pensamientos.

-¿Apretas ya el botón o tengo que hacerlo yo? - me repitió - Haz lo que quieras, pero no te quedes ahí parado.
Yo no fui capaz de moverme, pues el miedo había paralizado todos mis músculos y cualquier intento de movimiento sería en vano. 

De lo demás, lo único que recuerdo fue que aquellos segundos en el ascensor se me hicieron eternos, y que al llegar a mi casa pude escuchar de nuevo el grito de una chica, y tras éste, insultos de toda clase, lo cual me hizo estremecer. De mis demás encuentros con él ni me acuerdo ni quiero recordarlos.

-O pides perdón o será lo último que haces - oí de repente. Yo decidí relajarme un rato,es decir, me puse mis cascos y decidí hacer la vista gorda a todo lo que estaba pasando mientras escuchaba mi canción favorita.

Tengo claro que quiero irme de este lugar, pues desde esta mañana mi vecino del quinto me espera en la puerta. Ya es por la tarde y aún no se ha movido de ahí. No soy capaz de salir de mi casa. Le he preguntado qué quiere, pero no me contesta. Sigue con la mirada fija, clavada en la puerta, como si pudiera ver a través de ella.

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