Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Diario secreto. Ayeesha M.G. GRAN CANARIA

Había una vez un pueblo muy lejano donde la mayoría de habitantes eran niños. Siempre se reunían en la plaza del pueblo después del colegio. Eran cinco niños y tres niñas de siete años de edad. María era la niña mas divertida del grupo, Felipe era el mas tímido de todos, Brenda era la mas gruñona, Antonio el mas hablador, Carolina la imaginativa, Jorge era el chistoso, Cristian el futbolista, Andrés el hippie y Carlos el niños recién llegado al pueblo que venia desde muy lejos para quedarse en casa de sus abuelos una larga temporada. Carlos se hintero al grupo gracias  a  Jorge, porque lo conocía desde siempre, ya que los padres de Jorge vivan al lado de la casa de los abuelos de Carlos. Carlos era un niño muy divertido pero le costaba abrirse a los demás. Una noche quedaron todos en casa de María ya que sus padres no estaba y les había dado permiso de quedarse sola con sus amigos para contar historias de miedo y hablar de cómo les iban sus vidas. Cuando estaban todos reunidos Carlos hablo y quería agradecerles por haberle ayudado a integrase en el grupo y  ser tan buenos amigos y es que a Carlos no le había ido muy bien en su infancia. En el colegio en el que estaba todos los niños lo despreciaban y no querían jugar con el. La causa era desconocía. Un día en el recreo, mientras paseaba, encontró una lata de refresco y le entro mucho la curiosidad. Cuando llego a su casa limpio la  lata con agua, la seco y se paso un buen rato mirándola.
Le llamo tanto la atención que utilizo la lata como diario, cada vez que le pasaba algo lo escribía en un folio y lo depositaba dentro de la lata. Carlos, cuando hacia eso, se sentía  mucho mejor y pensaba que no le hacían falta los amigos para sentirse feliz, hasta que conoció a sus amigos actuales. 
Todos los niños que estaban alrededor de Carlos se emocionaron al escuchar la historia y cuando Carlos termino de contarla todos lo abrasaron. 
Los niños relataron que aquella había sido una de la mejores noches de su vida y que no la cambiaria por nada del mundo. Todos prometieron ser amigos por siempre y que nadie se sintiera rechazado por los demás. Desde hay se reúnen todos cada viernes por la noche en casa de María a contarse sus anécdotas y a divertirse.



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