Para desconectar.
Érase una vez una famosa cantante llamada, Taylor Swift. Un día ésta se despertó con ganas de hacer algo nuevo y diferente para despejarse un poco. Así que, se cambió y tratando de que no la viera ningún paparazzi se dirigió hasta el coche, se montó y el y fue de camino a casa de un amigo. Minutos antes en los que ella iba a por su coche un paparazzi pudo verla y fue tras ella, para saber hacia donde iba y sobre todo con quién.
Por fin paró el coche frente a una casa, esperó unos cinco minutos y salió un chico, se montó en el coche y siguieron su camino.
Tras un largo camino en coche, pararon frente a un lugar especializado en paracaidismo.
El paparazzi siguió haciendo fotos con su cámara y tras esperar unas cuantas horas, ya que no le dejaban pasar, consiguió hablar con ella cuando salió para saber qué habían hecho y por qué. A lo que ella le respondió que simplemente lo hizo porque quería hacer algo diferente alejándose de la fama y pensó que esa podría ser la forma de desahogarse y desconectar. Y en cuanto a su amigo, lo avisó porque desde hacía tiempo ella sabía que él quería hacerlo, y ella al ser algo asustadiza, no quería hacerlo sola, y sabia que con su compañía ese miedo desaparecería y saltaría.
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