No hace mucho tiempo, Lola se encontraba en el gimnasio.
Como cada mañana, comenzó con su calentamiento matutino en
la bicicleta estática y más tarde decidió ir a es nueva clase de pilates que
tanto se había anunciado estos meses en el centro.
Una vez finalizada la clase, Lola estaba exhausta. ¡Qué dura había
sido! Desfallecida se encontraba, por lo que se acercó a la
primera máquina expendedora que encontró y se compró una Campesina
Tropical Integral. Gracias a ella repuso mucha energía.
Luego fue a los vestuarios, se dio una buena ducha y se puso su
ropa nueva. Cuando Lola se disponía a subirse al coche, se encontró con
su prima Patricia. Acto seguido Lola la invitó a subirse al coche y decidieron dar
un paseo en el mismo. De repente a Patricia le entraron una ganas terribles de
ir al baño, pero lo peor de todo es que no encontraban ninguno cerca de la zona,
hasta que a lo lejos divisan un McDonald, esa fue su salvación.
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