Faltaba una semana para el cumpleaños de Pablito y aún su mamá no había encontrado el cojín azul de Mickey Mouse, que el niño quería.
Todos los días Pablito le preguntaba a su mamá si le iba a regalar el cojín que tanto deseaba, y su mamá le decía "sorpresa Pablito, sorpresa".
Ana, su mamá, día tras día, buscaba en todas las tiendas el cojín que más se pareciera al que había pedido su hijo.
Faltando un día para el cumple de Pablito, su mamá recibe una llamada a su móvil, era Susana, la abuela del niño. Llamó para decir que en una tienda, cerca de su casa, había un cojín de Mickey de color azul. Rápidamente, Ana fue a la tienda y lo compró.
Llegó el día del cumple de Pablito y tras soplar las velas, empezó a abrir regalos y cuando abrió su cojín comenzó a dar saltos de alegría, mientras su madre y su abuela se miraban y suspiraban profundamente con una pequeña sonrisa.
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