Era un día soleado de primavera, Bárbara se fijó en que su madre tenía algunas arrugas en la frente y al estar en la juventud le daba vergüenza que sus amigas le dijeran que su madre era mayor, entonces le dijo:
- Mamá deberías ir a un spa dónde rejuvenecerías unos años , comer comida sana e irte algunos días a relajarte o salir un día entero y ese será el día que no hagas nada, pagarás para comer y para darte lujos para ti.
La mamá sonrió, y le dijo no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo vivencias especiales en mi vida
Bárbara insistía en que su madre se tenía que rejuvenecer un poco. Pero no lo hacía con tanta insistencia. Porque le pidió a su madre que le contara esos recuerdos
Desde aquel día, a Bárbara su madre le parecía cada día más guapa.
- Que no importa lo mayor que llegues a ser mamá, porque.... te quiero igual o más
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