Las botas de agua
Un día lluvioso, se encontraba un niño sentado en su silla mirando a través de la ventana. El niño estaba muy triste, ya que no podía salir de casa porque había perdido sus botas de agua. Al encontrarse solo y aburrido, decidió jugar a encontrar sus botas dentro de casa. Fue habitación por habitación; miró bajo la cama, dentro de la ducha, en el pollo de la cocina, dentro de la papelera,… en los sitios más extraños que se le ocurría, pero no las encontró.
El niño apenado, recordó que semanas atrás salió de paseo con su padre en su caballo, y a mitad del camino comenzó a llover. Tras ello, no tardaron en dar marcha atrás y volver al establo que tenían justo al lado de casa. En ese pensamiento fue cuando recordó que quizá sus botas estuviesen en el establo. Corrió descalzo hacia la cuadra para realizar su última búsqueda. Detrás de los cubos, entre la paja, y finalmente terminó mirando detrás de su bonito caballo, y estaban justo allí, en el mismo lugar donde las había dejado semanas antes.
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