Desencadenamiento de acontecimientos
Como cada año, el despertador sonó anunciando la llegada de un nuevo amanecer y por tanto de un nuevo día, pero no de un día cualquiera, sino de su propio aniversario. Se dirigió al baño para lavarse la cara y de camino contempló el reloj antiguo que marcaba las 9:43, ya habían transcurrido trece minutos desde que había sonado su despertador y tan solo dos minutos más tarde, es decir, exactamente un cuarto de hora después del sonoro aviso de su despertador su móvil sonó. A paso ligero ingresó de nuevo en su cuarto y recogió el móvil que estaba sobre su mesilla de noche, contestando la llamada. Intuyó que se trataba de alguna especie de sorpresa de cumpleaños pues le dieron varias pistas a través de la conversación, hasta el punto en que acabó en el garaje de la casa y, justo allí, entre la vieja máquina de coser y cuatro neumáticos pasados aguardaba una pequeña caja muy bien decorada, de pronto, una pequeña sonrisa transformó su rostro y acto seguido se dirigió a desempaquetarla con ansia pero con cautela, sorprendiéndose al percatarse de lo que sus ojos contemplaban, uno de los frutos del avance y la tecnología, lo cual saciaba su mayor hobbie y pasatiempo, un ebook. Gracias a este "aparatito" no tenía que ir colocando marcadores de página en página como un ser poseso ni ir de un sitio para otro cargado de libros, esta vez era distinto, era el libro quien debía ser cargado, sin duda, se trataba del mejor regalo que podían hacerle.
Su sorpresa fue aún mayor cuando, al encender el aparato, descubrió que ya había sido encendido anteriormente y que, además, habían dejado en él un libro descargado. Tan solo bastaron dos páginas de aquel libro y unos ocho minutos que tardó en leerlas para que aquel frívolo personaje, que llevaba rastas y una peculiar manera de vestir y que cabalgaba de pueblo en pueblo por medio de un majestuoso caballo en pleno siglo XXI y siendo un chico con buenos recursos y rodeado de alta tecnología le obligaran a verse reflejado en él por semejanza en apariencia y extravagancia, detalles que con tan poco hicieron que se quedara automáticamente hipnotizado ante el aparato electrónico, teniendo el presentimiento de que grandes valores serían desencadenados procedentes de aquel magnífico relato. Razones más que suficientes para que un adolescente fanático de la lectura y poseedor de una imaginación perversamente poderosa olvide en un día tan especial que se trata de un día especial.
(frívolo personaje que llevaba rastas: el chico joven de una de las imágenes animadas recortadas)
Samuel Quevedo Suárez 2º E
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