La Marea Mágica
Todo sucedió en una desértica pero bonita playa en donde, un buen día, el pintor Pablo Picasso, enamorado de la naturaleza del escenario, llegó para hacer del mar su inspiración.
Para crear obras de más calidad, llevó en su mochila un mini-casete en cuyo interior se encontraba una cinta. En ella, había una música secreta la cual le ayudaba a producir sus famosos cuadros.
Una de las mañanas en las que, como de costumbre, acudió a la playa, se encontró con una señora que le advirtió:
-¡No te fíes de las mares de esta isla: son desinquietas y mágicas!
Picasso, curioso, sacó del bolsillo de su pantalón una caja de cartas de Pocket con las que jugaba al solitario. Se acercó a la orilla y las lanzó al mar. Al cabo de unos segundos, como si fueran brotes del agua, aparecieron unas bonitas gaviotas.
Picasso, emocionado, pensó en hacer la obra más hermosa. La haría sirviéndose de su cuerpo. Así, se arrojó al mar, naciendo del mismo, una llamativa mariposa verde.
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