Un beso imposible:
Era sábado por la mañana y yo me encontraba esperando a que fuese la hora en la que hubiera quedado con él en la playa de Agaete. Quedamos a las diez y media en las salinas, pero yo salí a las diez para ir caminando por la avenida despacito. Cuando llegué a las salinas ya eran las diez y cuarto y en ese momento ya él estaba allí parece que tenía las mismas ganas de verme él a mí que las que yo le tenía a él. Nos acercamos para darnos un beso cuando de repente se oye a una mujer gritando su nombre e insultándolo, le dije que si la conocía y me dijo que no. Cuando esta llegó a donde nosotros estábamos le dijo que era un traidor y que que iba a hacer con el hijo que tenían en común, entonces yo le miré y me dijo que no era lo que parecía, le pregunté si verdaderamente eso era verdad y estuvo como dos minutos en pausa por lo que presentí que sí sería verdad. Luego cogí el anillo que este me hubiera regalado y se lo tiré al mar y salí corriendo por el barranco hacia arriba hasta el pueblo donde me metí en el bar del Perola para intentar borrar todo lo que hubiera pasado. Estuve un largo tiempo sin querer saber nada de los chicos, por lo que tardé en volver a encontrar novio.
Era sábado por la mañana y yo me encontraba esperando a que fuese la hora en la que hubiera quedado con él en la playa de Agaete. Quedamos a las diez y media en las salinas, pero yo salí a las diez para ir caminando por la avenida despacito. Cuando llegué a las salinas ya eran las diez y cuarto y en ese momento ya él estaba allí parece que tenía las mismas ganas de verme él a mí que las que yo le tenía a él. Nos acercamos para darnos un beso cuando de repente se oye a una mujer gritando su nombre e insultándolo, le dije que si la conocía y me dijo que no. Cuando esta llegó a donde nosotros estábamos le dijo que era un traidor y que que iba a hacer con el hijo que tenían en común, entonces yo le miré y me dijo que no era lo que parecía, le pregunté si verdaderamente eso era verdad y estuvo como dos minutos en pausa por lo que presentí que sí sería verdad. Luego cogí el anillo que este me hubiera regalado y se lo tiré al mar y salí corriendo por el barranco hacia arriba hasta el pueblo donde me metí en el bar del Perola para intentar borrar todo lo que hubiera pasado. Estuve un largo tiempo sin querer saber nada de los chicos, por lo que tardé en volver a encontrar novio.
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