UN GRANITO DE ARENA
Silvia prepara un viaje a la India para finales de diciembre. Ha decidido que va a formar parte de una ONG que está llevando a cabo un programa de escolarización para los niños de Bengala Occidental. Quince días antes de partir empieza a preparar su parte del trabajo, se pasa horas y horas delante del ordenador buscando posibles materiales, mientras el resto del mundo se preocupa por comprar los turrones y buscar los regalos adecuados para la Navidad ¿Qué mejor que regalarse a sí misma la satisfacción de ayudar a aquellos que más lo necesitan? Ella es una de las pocas personas que no ha caído en las redes del consumismo desenfrenado y aunque pueda disfrutar de una vida acomodada, dado el status de su familia, prefiere experimentar la sensación de ausentarse por primera vez de esta etapa del año que tan solo trae a los hogares algunos presentes y una infinidad de falsas consideraciones.
Ya no aguanta más, tiene la vista cansada y la mano dormida sobre el ratón. Necesita descansar, pero no para de dar vueltas en la cama, no sabe cómo organizar todo el contenido y la información que tiene porque le inquieta lo que se pueda encontrar o lo que pueda pasar. Decide salir al balcón a fumar un cigarrillo, observa los decorados de la ciudad, las luces, los colores y se para a escuchar el silencio reinante a esas horas de la madrugada. Por fin se relaja y vuelve a la cama.
Nada más bajar del avión y poner un pie en suelo español, Silvia ya se nota diferente. Muchas cosas han pasado desde que hace tres meses decidió realizar este viaje. Se trae consigo miles de recuerdos, unos más felices y otros más dolorosos, pero todos han contribuido a hacer de ello una experiencia inolvidable. No sólo se siente mejor persona, sino que es consciente de que ha aportado su granito de arena para luchar contra esta desigualdad que sigue presidiendo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario