NO LO SOÑÉ.
Estoy seguro de que no pudo ser un sueño, es tan real como el mundo y todo lo que en él habita. No lo pude soñar, pese a las extrañas circunstancias. Ese hermoso lugar y la preciosa dama que en él se hallaba deben ser reales. Tan pronto como pueda partiré en su busca, y no descansaré hasta encontrarlo, por muy descabellada que parezca la idea en un principio es lo que me da la razón de ser, sí, la hermosa dama. En caso de que me falte algo me valdría por mis propios medios con tal de conseguir el objetivo fijado, así que con lo poco que poseo comencé a buscar. A partir de este acontecimiento, pasaría buenos y malos momentos de mi vida, cierto, pero ni la peor de las enfermedades podría detener mi incesante búsqueda. Cruzaría los paisajes más vírgenes de la Europa Central y Occidental sin suerte alguna. Algunos se parecían bastante, pero estaba seguro de que no eran, pues no notaba que mi corazón se aceleraba ni el calor que sentí cuando por primera vez pude ver el rostro de la muchacha. A través de unos conocidos pude cruzar el océano rumbo a América en la bodega de un barco, puesto que no tenía dinero alguno. Al pisar nueva tierra agradecí la ayuda prestada y retome mi búsqueda. Probé fortuna una vez más. Esta vez di con el lugar, estaba seguro de que era allí, así que decidí preguntar por esa chica enseñando un boceto que había hecho de su rostro. Pero la respuesta que obtuve no fue la que esperaba. La joven se había casado hace poco y estaba de luna de miel, pero pude encontrar refugio en su casa, pues su madre me ofreció esperarla allí. Cuando mi amada doncella volvió, le expliqué lo sucedido, pero me contestó que estaba muy enamorada del hombre con el que había contraído matrimonio. Separar un par de enamorados es imposible, pero tampoco puedo interponerme en su amor. Como no podía vivir con esa tortura me quité la vida por amor. Ahora me doy cuenta de que mi lugar estaba en el cielo para protegerla de todos los males que le esperaban en la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario