Esta historia tuvo lugar un día caluroso de verano. En una pequeña charca, en medio de las montañas, se encontraba una rana verde de ojos naranjas y saltones, con las patas finas y largas. Esta rana era famosa en la charca por sus grandes saltos. De piedra en piedra, de rama a rama.
Un día, en medio de una de sus exhibiciones de saltos, una ráfaga de aire le hizo calcular mal el salto y que se estrellara contra una roca. ¡PUNN! La pobre rana de ojos saltones estuvo varios minutos inconsciente rodeada de todos sus amigos de la charca. Y cuando al fin consiguió abrir los ojos la rana miró a su alrededor y lo primero que vio fue a un orangután vestido con un chaleco, un casco y unas gafas de sol al estilo de los moteros, mientras en sus manos sujetaba un blog y un bolígrafo. "¡Esto es un sueño!", pensó.
Automáticamente, la rana de ojos saltones sorprendida le preguntó al agente qué le había ocurrido, a lo que el orangután le respondió:
- ¿No lo recuerda?, usted iba conduciendo aquella moto roja mientras utilizaba en su móvil de última generación el juego del "come moscas" cuando se salió de la calzada.
A la rana le resaltaron aún más los ojos con lo que le decía el agente orangután y respondió:
- ¿Y Gané la partida?
El golpe había sido realmente fuerte.
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