Y después de haberlos matado creo que me siguen, en ocasiones, me parece ver sus rostros y otras veces los oigo.
No tenía otra opción, necesitaba el dinero, sin embargo, debería haber buscado otro modo para pagar, no obstante, el daño ya está hecho. Nadie revivirá ni se levantará de su tumba.
Hoy en día, no me quedan deudas, aún así, la pérdida de mi familia me ha afectado, de nada sirve el dinero cuando no tienes a nadie que te apoye.
Después de sus últimas reflexiones y las apariciones de sus familiares, Héctor apareció muerto, en las mismas condiciones que sus progenitores.
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