Todos los días de la vida de una persona pueden ser muy diferentes pero, a su vez, común a las demás. Un día estás comprando una sombrilla o, simplemente, viendo la televisión como cualquier otra persona. Nada fuera de lo normal.
Sin embargo, hace unos días sucedió algo extraño. Recibí un mensaje al teléfono móvil. Estaban cortando conmigo. Ella quiso romper la relación. Esto me afectó bastante, me dejó hundido... Sobre todo porque en esa época estaba soltero.
Entre risas con amigos comentamos que seguro que era una estrategia de mi compañía telefónica para que recargara el saldo de mi tarjeta. No obstante, le contesté para pasar el rato y, además, para que supiera que se equivocó de destinatario. Sin apenas darnos cuenta, seguimos hablando y me pasó una foto suya mandando un beso, estaba de muy buen ver. A los pocos días decidimos vernos, y cuál fue mi sorpresa al ver que tenía diez años, y kilos, más de los que ella me había dicho. Era completamente diferente a la chica que se veía en la foto y entonces, y sólo entonces, fue cuando le tocó a ella reírse de mí.
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