Me llaman delincuente
Se levantó del poyo de piedra en el que había permanecido durante las últimas dos horas y se acercó a la valla que separaba los dos jardines.
-Vecino, ¿anda por ahí?
Hubo una pausa silenciosa de un par de minutos, y el vecino salió de la casa limpiándose las manos en el delantal.
-¿Qué se le ofrece?
-Su hijo.
-Mi hijo, ¿qué?
-Me molesta, no puedo concentrarme. Me está tirando manzanas a la cabeza, y encima tiene puntería.
-Es un niño...
-¡Qué niño! Es un delincuente que debería estar en un sitio especializado en delincuentes como él.
-¿Qué dice? ¿Está loco? ¿Por tirar un par manzanas?
-Ya quisiera yo que fuera un par. ¿Puedo pedirle que le dé un par de azotes?
-¿Un par de azotes por tirar manzanas, que usted, no tengo la menor duda, se las ha comido? ¡Está loco! No pegaré a mi hijo por eso.
-Pues daré parte a las autoridades.
-Usted exagera —dijo meneando la cabeza.
Tras Varios minutos aparece el niño que había escuchado toda la conversación escondido tras los arbustos del jardín, diciendo :
-¿Me llamas delincuente por tirar manzanas y tú que has matado a tu perro eres inocente?
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