Una de tantas monótonas mañanas, su madre despertaba a Eric a las siete menos cuarto.
Él, como siempre, titubeaba entre las sábanas calientes, era un chico que estudiaba en
un instituto de la zona el último curso del bachiller. Tenía poca vida social, pero hacía unos
meses que salía con una chica, Sonia y tenía un grupo de amigos más o menos amplio.
Eric cojió su coche e iba a recojer a su amigo Saúl para ir a clase; todo muy normal, él iba
escuchando música y hablando por el móvil cuando de repente, otro coche invadió su carril,
embistiendo de lleno contra su vehículo, destrozándole la vida...
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