Como una tarde cualquiera de invierno, me senté al lado de mi anciana abuela, con su dulce y caliente chocolate reíamos mientras escuchábamos nuestra cadena de radio preferida. Eso lo hacíamos cada tarde justo después de yo haber terminado de hacer mis deberes, es decir, sabía que si quería una vida tan buena como la que me había dado mi abuela todos aquellos años debía continuar con los estudios.
Desde que mi madre había fallecido, mi abuela se encargó totalmente de mí y siempre me decía que estudiara o terminaría sin nada porque ella no dudaría eternamente, de manera que me decía a mí misma que ojala lo fuera sino no sabría que hacer sin ella.
Copulativas, explicativas, disyuntivas, adversativas.
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