Era un noche perfecta, la luna brillaba deslumbrante en el cielo, como si de un sol se tratase. Noche ideal para hacerlo, para escarparme con mi gran amor. No era casualidad que la noche estuviese perfecta para culminar el fin de un día en el que si todo salía bien también sería perfecto.
Lo único que me faltaba era ella, camino a su cas mientras trataba de que nadie me reconociese y se diese cuenta de mis planes imaginaba su rostro y su cuerpo. Mientras mas lo pensaba mas ganas de que llegara el momento de marcharnos me entraban.
Pero yo lo sabia en una parte de mi mente siempre haba sabido que eso no podría acabar bien, y así sucedió al llegar a la casa de mi amada y trepar por las enredaderas hasta su balcón, entrar por la ventana sigilosamente. no me podía esperar lo que me ocurriría, el padre de la que seria mi esposa si conseguía escapar con ella se encontraba en la puerta de la habitación esperándome con dos grandes guardias armados. Nada más entrar fui aprisionado y poco mas tarde supe porque, el se había enterado de nuestros planes ya que varias personas nos habían visto juntos hablando sobre el tema un par de días antes y tras saberlo solo tuvo que presionar un poco a su hija para que se lo contase,
Tras explicarme todo esto no me dejo ni un segundo para hablar rápidamente saco su arma de la funda apuntó a mi sien y tras pronunciar las palabras “nunca te iras con mi hija, ya no” apretó el gatillo, segundos antes de apretar el gatillo pude ver el rostro de mi amada que asomaba por una rendija de la puerta que estaba entreabierta , sus lagrimas le corrían rosto abajo.
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