Creo que me persiguen.
Me encontraba en mi casa haciendo las tareas domesticas, cuando de repente me dio un fuerte dolor en el pecho y me sentía perseguido, intentaba caminar y no podía, sentía como que se me acercaban más.
Ya iba en camino del salón cuando por casualidad me caí al suelo y no sentía el cuerpo. Pasó una semana y seguía en el suelo, nadie se daba cuenta, hasta que un día mi madre me fue a visitar y cuando abrió la puerta lo primero que vio, fue a mí en medio de un inmenso charco de sangre, ella rápidamente llamó a la ambulancia y en seguida me recogieron y me llevaron al médico.
Después de la autopsia se supo que fue un paro cardíaco. Ahora después de veinte años muerto me doy cuenta que por lo que me sentía perseguido era por la muerte.
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