Bajándose del coche vio que venía su vecino caminando. Luis le preguntó qué a dónde iba y él le dijo que a su casa. Entonces lo invitó para que fuera en su coche.
Tuvo que esperarse un poco porque Luis iba a comprar algunas cosas en el supermercado.
Su vecino era un hombre muy paciente. Cuando ya Luis había salido, su vecino se dio cuenta de que no tenía prisa y los dos se fueron a la playa. Allí estuvieron un buen rato y después se fueron a sus respectivas casas. Luis estuvo lavando su coche mientras que su vecino estaba paseando a sus perros. Lavando su coche notó algo raro en su vecino y empezó a preocuparse.
Al día siguiente, fue a su casa para ver que tenía, y él le dijo que le había robado a su hermano y estaba arrepentido.
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